El programa de fiestas de la ciudad ha confirmado una nueva baja en su calendario tradicional y, a la vez, ha establecido claramente la pauta que, seguramente, seguirán todas aquellas fiestas que no puedan celebrarse: el traslado de sus cargos representativos.

Ha sido el Altar del Mocadoret, que se celebraba después de la de San Vicente (que habría tenido este lunes sus actos principales). Este altar había sido capaz de generar un amplio programa propio, rematado por la "dansà", uno de los actos más multitudinarios del calendario vicentino.

A la vez que confirmar la imposibilidad de celebración a causa de las restricciones por la epidemia de Coronavirus, se ha anunciado el traslado de los cargos representativos. Así, la directiva asegurado que "por decisión unánime, nuestros Clavarios del 2020, doña Carmen Tello Prades y Nacho Hueso Moll, pasan a ejercer en el 2021". Ambos debían haber empezado a ejercer la próxima semana, con la "baixà del sant". Tendrán que esperar doce meses, de la misma forma que los previstos para 2021, Jorge Castellón y Amparo Cuesta, lo serán en 2022, algo que la directiva les agradece "por su comprensión e infinita generosidad".

El Mocadoret es el primer altar que ha exteriorizado la continuidad de sus cargos representativos (en este caso, la clavaría), lo que también cuestiona qué pasará con la Honorable Clavariesa de la fiesta, Macu Atienza, que apenas ha vivido los actos propios.

Suspensión aparte, la fiesta de San Vicente Ferrer habría estado especialmente deslucida por las malas condiciones meteorológicas.

La Junta Central Vicentina ofrecerá en su página web, los festejos del pasado año a la misma hora en que debían celebrarse: la ofrenda a las 12 horas y la procesión especial del año pasado, con motivo del sexto centenario del fallecimiento del salto, a las siete de la tarde.