La suspensión de las Fallas 2020 se produjo un 10 de marzo. Uno o dos días antes habría pillado a la práctica totalidad de monumentos levantados o a medio levantar. Se habría tenido que oficiar una «cremà» inmediata, nocturna y alevosa. Pero en el momento de dictaminarse, tan sólo había una decena de obras con los elementos principales plantados.

La entonces llamada «desplantà» pudo llevarse a efecto en varios casos (Exposición-Micer Mascó, Sueca-Literato Azorín, Grabador Esteve-Cirilo Amorós, Doctor Olóriz, Costa y Borrás-Agustina de Aragón...) pero para tres de ellas, desensamblar algunos elementos era imposible técnicamente, por lo que el 17 de marzo fueron quemadas. Una de ellas, en las primeras horas y de forma vandálica: Reino de València-Duque de Calabria. Las otras dos, Na Jordana y Cuba-Literato Azorín, por la noche y de forma controlada por los bomberos. Corrieron la misma suerte que el cuerpo de la meditadora de la falla municipal.

«Zona catastrófica»

Ahora, estas comisiones piden una ayuda extra para poder reparar semejante cataclismo. Y por ese motivo se reunirán el lunes con el concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana. Las tres comisiones afectadas y el presidente de la Federación de Especial, Rafa Mengó. La petición es evidente: aplicarles lo más parecido a una «zona catastrófica» apelando a que son las tres únicas en toda la ciudad que tuvieron que tuvieron que destruir sus fallas (elemento esencial de la fiesta) y que el consistorio pueda habilitar, de alguna forma, una línea de socorro.

Las tres comisiones presentarán un peritaje. La ventaja que se tiene en la construcción actual de fallas es que mucho proceso está informatizado. La suma entre las tres estaría en una cifra superior a 15.000 euros, pero sin llegar a los 200.000. Los daños menores fueron los de Reino y los mayores los de Cuba, con Na Jordana en término medio.

Lo que resulta evidente es que, con fondos propios, ninguna de las tres podría completar la previsión a dos años que se planteó en la asamblea de presidentes. O reconstruyen esas fallas en 2021, pero en 2022 se quedan en clara inferioridad de condiciones, o dan por perdido 2021 y se centran en 2022. La ayuda que se solicitará estará en un punto de encuentro; es decir, contando con que no puede ser sobre la totalidad, pero sí lo suficiente como para hacerlas viables. Suponiendo que el consistorio pueda habilitar una nueva línea de ayudas.

Antes de la «desplantà», el 12 de marzo, la mayoría de las comisiones de Especial (cinco sobre nueve) cuya «plantà» estaba muy avanzada, firmaron un documento por el que pedían que, en 2021, no hubiera concurso en su categoría ante la imposibilidad de desmontar los monumentos. Exposición y Sueca consiguieron recuperarlo todo con muy pocos daños, con lo que el problema principal es ahora de las otras tres comisiones. Lo que supone también un reto para que no se quiebre la cohesión interna de la Federación de Especial.