La «meditadora» que remataba la falla municipal de 2020, devuelta a los talleres al suspenderse las fiestas por la crisis sanitaria del coronavirus, sigue sin tener un destino claro. Sus autores, los artistas José Ramón Espuig y Manolo Martín, ya han mostrado su disposición a proponerla para el año que viene como símbolo, mascarilla incluida, de la epidemia que estamos pasando y ejemplo de superación. Sin embargo, desde el ayuntamiento no está nada claro. De hecho, ya se han propuesto unas bases para las fallas municipales de 2021 y del texto se desprende que no lo va a tener fácil. Siguiendo la norma de los años anteriores, esas bases exigen que «los trabajos que se presenten sean, en cuanto a la composición, originales e inéditos», lo que en principio dejaría fuera a la «Meditadora». Solo una decisión municipal acerca de estas bases o una excepción del jurado a la hora de valorar los trabajos podría salvarla. En cualquier caso, las decisiones están por tomar y a día de hoy no parece que haya nada decidido.