La situación límite de los artistas falleros vivió ayer un nuevo episodio cuando los profesionales empezaron a viralizar imágenes de sus talleres. Algunos de ellos, con el nuevo lema: «Volem Solucions», con la estampa de naves llenas a rebosar de trozos de fallas que terminados y empaquetados. Es una nueva medida de visibilización y presión para conseguir que la Generalitat ordene el traslado de todas esas piezas a un lugar seguro para, a partir de ahí, dejar libres los talleres.

La liberación de espacio es necesario por dos motivos. En las naves propias, para poder empezar a trabajar. Y por otra causa no menos grave: para abandonar las naves alquiladas provisionalmente. Es habitual que los artistas contraten, durante tres meses, otras naves para ir guardando el producto terminado. Sabiendo que el contrato vence en marzo. Pero como las fallas no se quemaron, ha pasado el tiempo y el alquiler se sigue pagando. Ahí es donde los artistas reclaman no sólo ya la implicación de la Generalitat (para cumplir la promesa dada), sino de las comisiones, teóricamente ya los «dueños» del producto, que ya está abonado, pero no recepcionad0.

En la última asamblea, el concejal Carlos Galiana reconoció que no sabía cuando se reanudaría el traslado de piezas, bien a Feria València, La Marina y algún otro nuevo espacio. Los artistas apelan ahora a las comisiones. Es verdad que, en líneas generales, éstas han acelerado la prórroga de los contratos a 2022, y que las ha habido que se han movido rápidamente y han echado mano de naves propiedad de falleros que, no teniendo otro uso, se han habilitado como particular «Arca de Noé». O incluso algunas que están ayudado a pagar los alquileres. Pero en muchos casos el problema persiste y los gastos corren de cuenta del autor, que ya ha finalizado el trabajo.

Los mensajes de los artistas van por la reclamación de cumplir las promesas. Así, el grupo Sacabutxart decía que «no somos los que peor estamos y lo sabemos, muchos compañeros nuestros a penas pueden entrar en su taller, pero de continuar como estamos trabajando hasta ahora, en nada no podremos seguir. Hubo un compromiso de traslado de las piezas por parte de la Generalitat y el Ayuntamiento (en realidad, este traslado le toca a la Generalitat) que no se está cumpliendo. Y queremos soluciones para todos los talleres ya». O el taller de Gotes de Foc, cuyos titulares reivindicaban que «a día de hoy no sabemos qué pasará con nuestro oficio. Necesitamos soluciones para tirar adelante». U otra sociedad de artistas, ArtdeFoc, que advertían que «después de 4 meses, termina ya el alquiler de la nave y las promesas no se cumplen».

«Tras semanas sin noticias de los transportes, de no poder trabajar en nuestro taller y de no saber cuándo dejará de ser un almacén para volver a ser un obrador de Fallas, nos sumamos a la reivindicación. Solo queremos volver a trabajar» se quejaba José Sales. Y así, sucesivamente.