En tiempos de poca actividad, los encargos especiales son bien recibidos y más si son emblemáticos. El taller de Palacio y Serra acaban de hacer una "plantà" en el Museu Faller de Gandia. Se trata de un gran ninot que preside la entrada al espacio cultural y que el pasado otoño sufrió graves desperfectos tras el paso de la Dana. Un remate en toda regla, una figura de mago emblemático en el taller hecho a dos escalas. La pieza, por cierto, está hecha con poliester y con armazón de hierro: no es para quemar, sino para que se preserve durante mucho tiempo y recuperó la plástica de las "plumas" y los "sacabutxes", aunque en esta ocasión no en un cuerpo central, sino en una azotea, la del edificio de la capital de La Safor.

El Museu Faller de Gandia forma parte de la "Xarxa Valenciana de Museus Fallers" y es uno de los ejemplos inspiradores de lo que debe ser el nuevo Museo Fallero de València, ese proyecto que permanece atascado en el tiempo y que debería estar muy por encima de lo que es ahora, formado por las piezas indultadas y algunas aportaciones recientes que van cubriendo, muy lentamente por falta de espacio, apenas una pequeña parte de las múltiples disciplinas de la fiesta.

A pesar de tener uno de los talleres más fecundos de la profesión, Luis Palacio y José Serra han trabajado muy poco en València. Apenas diez fallas en la primera década de siglo. De este taller salió, por cierto, la primera falla de Especial de Cuba-Literato Azorín en el año 2002.

En la actualidad, el taller sigue manteniendo la marca "Palacio i Serra Artesans" (con el taller trasladado recientemente a Daimús), pero quienes lo llevan ahora son Luis Palacio y José Mas después de que Serra dejara la sociedad a inicios de esta década.

El virtuosismo técnico del taller les lleva permitiendo también aplicar la plástica fallera a elementos decorativos. De la producción internacional destaca especialmente el reno decorativo realizado para el Convent Garden de Londres.