«Hem tornat» era el lema que se trató de vender ayer y, de hecho, lo repetía la presentadora, Pepa Gómez, para sustituir al «tornarem» de los meses anteriores. De todas las imágenes que han escrito la actual normalidad de la sociedad valenciana, seguramente faltaba ésta: falleros y falleras enfundados en mascarillas. Pero no uno o dos como, ocasionalmente, se había visto hasta ahora. Todos. Empezando por las falleras mayores de València, las cortes de honor, el concejal, presidentes famosos y artistas famosos. Todos enfundados, estilismos al margen, en el artilugio que cercena la libertad, pero que ahora mismo es indispensable para intentar normalizar el presente. Y esa era una de las claves que se perseguían con este acto. La entrega de premios de las Fallas del pasado ejercicio sin público, sin besos, en un recinto cerrado, es inadmisible con ojos de, por ejemplo, febrero de 2020. Pero ayer era una forma de intentar mostrar a todos los falleros que moverse es posible y que moverse es indispensable. Que hay que copiar lo que hace la casa grande. «Es que en la falla me piden explicaciones» reconocía una de las presidentas. Porque esa es la clave donde se juega el futuro la fiesta: los casales. Una vez parado el primer golpe, necesitan demostrar a sus asociados que pueden hacerse cosas. Si no, la deserción será o puede ser masiva. El concejal Carlos Galiana estaba, al acabar el acto, satisfecho por el resultado porque sólo ha «faltado una comisión y prácticamente todas han venido vestidos de gala. Eso quiere decir que hay ganas. Y es verdad que había ganas de vernos, de volver a hacer actividad. Y es muy importante. Dije que volveríamos y hemos vuelto». Aún con esa imagen inaudita de las mascarillas. «El mundo de las Fallas da ejemplo muchas veces. Y aquí lo hemos hecho cumpliendo todas las normas. Con toma de temperatura, con gel, con entrada controlada, con distancias de seguridad...» y parando cada poco tiempo para desinfectar los asientos. «Y si tenemos que seguir llevando la mascarilla más tiempo». Serán imágenes que se recordarán toda la vida, porque la sociedad fallera quiere que esto sólo ocurra una vez, y que los estandartes se entreguen de forma abigarrada, con algazara e incluso demostrando la disconformidad con el veredicto, en la calle, en caliente, el 16 y el 17 de marzo. No así. Pero no había mucha mejor forma. Consuelo Llobell, que ha estado ejerciendo de médico durante el verano, y Carla García, encabezaron la embajada para acabar con el ejercicio más atípico de la historia de la fiesta, pero que para las 26 tendrá continuidad. También volvió a verse a los artistas, para los que también empieza un futuro incierto. Pero han vuelto. imágenes inauditas. La entrega de premios de las Fallas dejó ayer estampas que nadie habría imaginado hace medio año. 1 Entrega del premio de presentaciones infantiles a Na Jordana, demostrando la disposición obligatoria de los asistentes. 2y 3 Medidas de protección: toma de temperatura y gel. 4 Tras la salida, el artista Vicente Llácer y fallera mayor y presidente de Duque de Gaeta. 5 La asistencia, guardando distancias. 6 Consuelo y la corte mayor, con mascarillas. F