La Junta Central Fallera ha sacado a concurso una renovación del vestuario de las falleras mayores de València y sus cortes de honor para que dispongan de indumentaria adicional de cara al segundo año en el que estarán en ejercicio. Se ha licitado un nuevo lote de telas para elaborar un «segundo vestido oficial»; de rayón, algodón o lino salvo los de Consuelo Llobell y Carla García, que serán de seda. Otro lote será para manteletas y otros dos para la confección de los trajes, uno para mayores y otro para infantiles. Los trajes estarán listos a finales de noviembre, aunque antes del 12 de octubre pasarán una inspección. Sin embargo, el concurso está mediatizado en esta ocasión por una cláusula especial: un mismo indumentarista no podrá coser los trajes de las mayores y de las infantiles.

Los lotes 3 y 4 son, en ese sentido, incompatibles. Esta medida se adopta para evitar lo sucedido el pasado ejercicio, cuando toda la confección fue a parar a un mismo taller, que acabó renunciando por un desborde de trabajo. La JCF tuvo que deshacer esa adjudicación y, mediante un procedimiento abreviado, reconceder la confección y salvar la situación.

En esta ocasión, cada tienda tendrá que hacer tan sólo trece trajes. El precio de salida es de 7.280 euros para los trajes de las mayores y de 8.710 para los de las infantiles. Eso supone una media de 560 y 670 euros por traje, cien euros más que el pliego del año pasado.

Las telas tienen un precio de salida de 12.500 euros para 26 piezas. Ahí, a priori, se nota un aumento sustancial, puesto que las 52 faldas y corpiños del pasado año se licitaron por menos de 15.000 euros. Ese precio fue considerado en general como muy bajo. Las manteletas salen por 5.200 euros.

La confección de estos trajes se antoja necesario por el deterioro que sufren unos trajes muy utilizados durante dos años y la poca tela que quedó en la confección inicial de los trajes de 2020 para poder «sacar» conforme pasa el tiempo y el caso especial de las infantiles, que tienen dos años para ir subiendo de estatura, lo que llevará a que, en poco tiempo, los vestidos del pasado ejercicio acaben por quedarse muy cortos.