Recomponerse a una verdadera tragedia profesional no está al alcance de todo el mundo. Pero Jesús Javier Andreu Anchel lo hizo y no abandonó el oficio vocacional. Ahora ha sido un compañero de profesión, Juan Carlos García Ibáñez, fue el primero en comunicar su fallecimiento.

El Gremio de Artistas Falleros ha informado que la misa tendrá lugar este sábado, a las once y media de la mañana, en el Tanatori Vell de Torrent, ciudad en la que residía.

Las fallas pierden a un artista que basó su producción en las poblaciones. Base de datos en la mano, fueron diez fallas las que plantó en la ciudad de València en el periodo entre 1992 y 2006. Pero ninguna tan tristemente famosa como la de Linterna-En Gil de 1997. Que sacó lo peor del destino y lo mejor del mundo fallero.

Acabando la realización de las Fallas de ese año, la madrugada del 8 al 9 de marzo, los bomberos de Canet d'En Berenguer recibían el aviso de una patrulla de la Policía Local de que dos naves estaban ardiendo. Una de ellas, de José Pascual Guillem. La otra, la de Jesus Javier. Un total de siete fallas perecían calcinadas antes de tiempo. Incluyendo, en el "cap i casal", la de Linterna, obra suya, y la de Carteros-Litógrafo Pascual.

Era el tercer año que Andreu plantaba la céntrica demarcación, donde había conseguido premios en las dos ediciones anteriores. En ese momento, la desolación pasó a ser absoluta. Pero a la vez, se desató una corriente de simpatía por las fallas destruidas y las comisiones recibieron inmediatamente una colección de ninots donados por artistas y fallas. "Al son que elles toquen", proyecto rematado por una figura femenina, pasó a ser "Oscar", con una réplica de la estatuilla cinematográfica como elemento principal. El jurado le dio un tercer premio de ingenio y gracia, tanto por la simpatía como por la incontestable originalidad de dar un hilo temático a un cataclismo.

La falla alegórica, realizada a base de aportaciones de artistas, que se plantó en Linterna-En Gil tras el incendio

"Cada artista ha dado lo que puede. Quien tiene un ninot, da uno, quien tiene dos, da dos. Todo sea por los compañeros" decía por entonces del artista Daniel López "Danielín", quien ahora también recordaba al compañero fallecido y al hecho de que le ayudó a plantar la falla del bicentenario de la Revolución Francesa, aquella que se desmontó y se plantó nuevamente en París.

"Un buen profesional y una gran persona" comentó también Fernando Urios. Tras aquel gran "palo" (su nave quedó completamente arrasada), Andreu continuó su trayectoria en la fiesta, tanto en solitario como trabajando para otros. Y en 2017 se refrendó el reconocimiento a su carrera al concedérsele el Ninot d'Or.