La imposición de bandas falleras fue, en octubre de 2020, la forma de renovar el cargo a las falleras mayores de València 20-21. Con ese acto, la "exaltación" volvió al Salón de Cristal quince años después de tener protagonismo en el mismo. Con Consuelo Llobell, Carla García y las cortes de honor, la sala de la "Casa de la Vila" acogió un evento a mitad camino entre entre la proclamación y exaltacion tradicional de las falleras mayores de València. Ese año, como bien se sabe, dos factores condicionan toda la liturgia: la imposibilidad de celebrar actos masivos y el hecho de que las 26 protagonistas para 2021 eran las mismas que en 2021.

En un contexto normal, ese acto ni siquiera se habría celebrado. El ciclo habría fuido con normalidad y, este fin de semana no se estaría celebrando la exaltación de Carmen y Nerea, sino el de las sucesoras de Carmen y Nerea.

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Presentación de la indumentaria de las falleras mayores y cortes de honor 2022 Moisés Domínguez

El Salón de Cristal no era un escenario nuevo para imponerle a las falleras mayores de València su banda acreditativa. De hecho, fue su espacio natural durante un corto periodo de tiempo: en el trienio desde 1945 a 1947. Fue el elegido para sustituir un acto, aún más restringido, que se celebró en los primeros años en los domicilios de las designadas.

A partir de 1948, Julia Martínez de Vallejo fue la primera que la recibió en el Teatro Principal, trasladándose en 1989, con Covadonga Balaguer y María Montoro, al Palau de la Música, inaugurado dos años antes. El cambio estuvo motivado por el propio crecimiento de la fiesta y la limitación de aforo del Principal. Tanto es así, que, por ejemplo, cuando una falla asistía como invitada, sabía que no regresaría hasta dos años después. La sede de la Alameda se eligió atendiendo a su mayor capacidad y a ser un edificio moderno, pero también emblemático.

Primera imposición celebrada en el Salón de Cristal: Amparo Garrigues, en 1945 ("Falleras Mayores de València" / Ayto Vlc)

Consuelo Llobell y Carla García sentaron precedentes de todo tipo, puesto que hace ahora dos años también cambiaron el escenario, el Palacio de Congresos, aunque sabiendo que debe ser un lugar provisional, hasta que se arregle el Palau. Con la cierta normalización de la fiesta, el Salón de Cristal parece haberse convertido en un escenario de urgencia para un único año. Y en el fondo no es que es lo que todos desean: no volver allí más que para la proclamación.

La proclamación de octubre de 2019 fue la última vez que el Salón de Cristal fue a cara descubierta

Las falleras mayores llevan tiempo recibiéndola en el Palau de la Música, pero también durante las dos últimas décadas del Siglo XX la recibieron en ese mismo Salón de Cristal. Pero con trampa: era una "imposición impostada". Era un recurso que se brindaba a los periódicos para disponer de esa imagen en su edición del día después y para que la propia Junta Central Fallera la dispusiera como material gráfico.

En aquel tiempo, lejana aún la llegada de internet o la digitalización y con otros modos de trabajo, incluyendo el revelado de fotos, era imposible publicar en el día la imagen de las falleras con la banda impuesta en el teatro o el Palau. Y por ello, se llevaba a acabo esta primera imposición.

Con el paso del tiempo, la rapidez fue imponiéndose a todos los niveles y ya en el tránsito de un siglo a otro la imagen perdió su valor, puesto que había tiempo material para incluir la imagen "verdadera".

Recorte de Levante-EMV de la exaltación de 2002, ya con la foto hecha en el Palau de la Música.

Pero, eso sí, la foto se hacía al acabar un ritual que sí que pervivió hasta el año 2005 y que sí que era "de verdad": que la corte de honor recibía el distintivo, éstas sí, en el edificio municipal. De tal manera que ya aparecían en el Palau con la banda puesta. Se aprovechaba para hacer alguna foto de grupo, pero el acto de protagonismo era ése, prácticamente en la intimidad familiar.

El entonces concejal Félix Crespo fue quien decidió modificar la liturgia. El festejo se había conseguido acortar en los años anteriores y había un margen para que la aparición de cada una de las trece falleras no fuera simplemente el desfile por el pasillo, mostrarse al publico y darse la vuelta. Ahora, llegan y es el propio presidente quien le hace esa imposición (la máxima autoridad municipal se reserva para las dos falleras mayores). Se consigue también que todas ellas ganen un punto mayor de relevancia, dentro de esa particular búsqueda de romper los techos y estereotipos.

La corte de 2004 fue de las últimas que llegaron al Palau con las bandas puestas

Por ese motivo, además, el cortejo ya no accede al ayuntamiento el día de la exaltación. El hecho de citarse debajo del edificio consistorial es tan sólo a efectos logísticos: para pasar de los automóviles de los acompañantes a los de época, con los que se trasladan al Palau de la Música.

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Proclamación de Carmen Martín y Nerea López, falleras mayores de València 2022 Fotos: Germán Caballero

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Memoria gráfica de la Imposición de Bandas a las Falleras Mayores y Cortes 2021 Moisés Domínguez

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Ensayo de la exaltación de las Falleras Mayores de València 2022 Fotos de Miguel Ángel Montesinos

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