El aniversario de la declaración de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, previsto para el último fin de semana de noviembre, será el escenario que el ayuntamiento aprovechará para materializar la batería de ayudas que le faltaban para los sectores de fiestas y tradiciones que se han visto afectados por la pandemia: el de la indumentaria y el de las flores.

El primero de ellos llega a través de la negociación con el Gremio de Sastres y Modistas y se materializa en la Junta de Gobierno una semana después de que una parte de pymes del sector se manifestaran ante el ayuntamiento en una concentración no apoyada por el Gremio. En cualquier caso, es una ayuda que llega en los últimos vagones del tren, después de que ya se hayan arbitrado las de los artistas falleros (que ya han cobrado) y que los pirotécnicos hayan disparado la pirotecnia el 9 d’Octubre.

La dotación está ya certificada: 180.000 euros y la premisa acordada por las concejalías de Desarrollo Innovador y Cultura Festiva es que servirá como premio de participación en un desfile de indumentaria que tendrá lugar con motivo de la efemérides (y que coincidirá, además, en el tiempo, con la entrega del nuevo lote de indumentaria a las falleras mayores y cortes de honor 2021). A razón, aproximada, de tres mil euros por firma, serviría para paliar la situación económica de sesenta firmas. El Gremio se encargará de coordinar, que seguramente se mirará con lupa habida cuenta de ese desmarque que hubo entre empresas que secundaban la manifestación y los que secundaron a la entidad gremial en no respaldar aquella concentración apelando a la vía del entendimiento indoloro.

«Las circunstancias económicas han abocado los sectores que rodean las fallas a una grave crisis que podría poner en peligro la supervivencia de la propia fiesta y, por eso, los convenios irán destinados a paliar la situación de los oficios relacionados con el mundo de las fallas» aseguraron institucionalmente los concejales implicados, Pilar Bernabé y Carlos Galiana. El desembolso saldrá de los fondos de Cultura Festiva, una concejalía que ha visto especialmente reducida su cuenta de gastos, ante la paralización natural del calendario festivo de la ciudad. La rama de la indumentaria llevaba ya meses, desde antes del verano, pidiendo árnica para salvar la mayor cantidad de negocios posible y esta acción se unirá a las que se pretende articular a través de entidades falleras, como la organización de rifas masivas de trajes a través de las comisiones.

Para el sector de las flores, las ayudas se centralizarán a través de la Asociación Nacional de Floristas y se van a materializar en una acción que recuerda mucho al festival «Torna la Primavera» que organizó la Diputación el pasado mes de agosto. Es decir, decorar con flores espacios emblemáticos de la ciudad. Con la particularidad de que, en este caso, se destinan cien mil euros, por los 60.000 de ayuda que destinó la entidad provincial en verano.