El enredo de la elección de Maestro Mayor del Gremio de Artistas Falleros se ha solucionado con la fórmula de consenso. De esta manera, el responsable máximo del colectivo será Paco Pellicer pero constituirá una junta directiva en la que integrará miembros de la candidatura encabezada por Vicente Julián García Pastor.

Hay que recordar que la elección estaba pendiente de un único voto. En la elección se habían registrado 81 votos a favor de cada candidatura, más uno con un defecto de forma -no se había separado la papeleta del resto del papel- favorable a Pellicer. La junta electoral había dado validez al mismo pero García Pastor lo impugnó. Dejando la decisión en manos de una reunión posterior para, o solucionar ese voto, o convocar nuevas elecciones.

Sin embargo, lo que quedaba claro tras el resultado es que gobernar en solitario era inviable. El propio Pellicer ya anunció que "a la vista de los resultados estoy convencido, ahora más que nunca, que las dos candidaturas tienen que trabajar juntas por el bien del colectivo".

El nombramiento de Pellicer como cabeza viene a validar esa mínima diferencia favorable -formal o no, pero sí moral- pero la anunciada integración viene a confirmar esa necesidad de unificación. No en vano, la labor de Pellicer va a ser de todo menos grata. Con poco que ganar y mucho que perder: el oficio atraviesa la peor crisis de su historia. De hecho, ya venía "tocada" en los años anteriores por la desproporción (autoimpuesta en gran medida) en la relación ingresos-gastos y ahora se le une los efectos no menos devastadores de la pandemia. Aunque el primer reto será establecer una química de funcionamiento con la otra parte de las sensibilidades gremiales.