Las comisiones de falla dispondrán en el nuevo ejercicio de una inyección económica directa. No está todavía decidido en qué cantidad ni bajo que criterio, pero será lo que servirá para mantener no ya la hibernación de la estructura social sino, fundamentalmente, para tener músculo económico con el que poder afrontar el compromiso de seguir pagando a los artistas falleros la falla de 2022. 

Se trata de materializar la reivindicación que, en las últimas semanas, habían expresado las entidades falleras: que hay que ayudar a los sectores económicos afectados por las "no Fallas", cierto, pero que la base de todos ellos son las comisiones. Y que si éstas empiezan a perder falleros o llegan a colapsarse económicamente, todo va detrás.

Se trata de un acuerdo unánime en el consistorio. Con medallas para todo el mundo. Porque presentarla, la presentó el PP mediante el edil Santiago Ballester. Y como suele ser habitual en estos casos, la mayoría de gobierno presentó una «alternativa» que no cambia el espíritu de la misma (ni prácticamente la letra). «Parece que nos vamos a entender» aseguró Carlos Galiana. La propuesta, de uno o de otro era, sometiéndose a votación, difícil de rechazar. Por eso obtuvo la unanimidad. Nadie puede resistirse a echar una mano al tejido social que sostiene con su existencia al resto de actividades económicas.

De momento, ya está asegurado que percibirán no un 25 por ciento de la falla firmada para 2022, como es habitual, sino un 30 por ciento, después que, semanas atrás, el ayuntamiento ya anunciara ese incremento de un 5 por ciento.

Esta ayuda será el segundo episodio tras el famoso 37,5 por ciento concedido en marzo de 2020, que permitió a las comisiones afrontar gastos e incluso permitir la aplicación de rebajas en las cuotas y afrontar, entre este dinero y los fondos propios, los pagos a los artistas falleros en el primer episodio, el que está a punto de terminar. Con el paso de los días se dará a conocer bajo qué criterio se aplica: pago de gastos fijos, presupuesto de la falla firmada o similar.

El criterio es muy difícil de que contente a todos, porque cada comisión es una realidad distinta. Lo razonable sería pensar como criterio el precio declarado de la falla. Más premio para quien más cree en el elemento troncal de la fiesta. 

Las mociones también incluyen la petición al Consell para modificar la Ley de Mecenazgo Cultural para incluir a las asociaciones culturales que organizan y desarrollan de fiestas populares que hayan sido declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Pero éste es un proceso a más largo plazo. Esa ley permitiría, en lógica, convertir a las Fallas en un espacio más atractivo para invertir en patrocinio y el mecenas de turno, además de aportar a la comisión, consigue desgravación fiscal por hacerlo.