El sector de la indumentaria tradicional valenciana ha dado a conocer las cifras de su particular desastre económico por la no celebración de las Fallas, parón que va ya para un año y que aún se prolongará durante más meses. El dato "con datos matemáticos, de blanco sobre negro" habla de una disminución drástica: en 2019 se facturaron 39,9 millones de euros y en 2020 no ha pasado de los 3,6 millones. Una cifra que está incluso lejos de los casi diez milones que han tenido que abonar en concepto de gastos fijos.

Para llevar a cabo el estudio ("una radiografía fiel" la ha descrito el elegido como coordinador de los estamentos relacionados con la indumentaria -Colegio de la Seda, Gremio de Sastres y Asociación Asciva- para la crisis, José María Chiquillo) han utilizado los ejercicios económicos de 2019 y 2020 para hacer lo más gráfica la comparativa o la magnitud del quebranto económico. Y para ello se ha sondeado, a base de fichas, a 120 empresas del sector, con sus datos económicos y laborales. "Lo que supone el 95 por ciento de la facturación total":

Estos son los datos principales que se han facilitado:

Costes Fijos

En 2019 superaron los 17 millones de euros y en 2020 han sido 9,7 millones. Es verdad que es un descenso sustancial, "derivado de la reducción de salarios, seguros sociales y primas de seguros e impuestos".

Pero la lectura es la inversa: "por el hecho de existir y levantar la persiana aún así han pagado casi diez millones de euros cuando su actividad se ha reducido a la mínima expresión. Son la losa que ha asfixiado en 2020 y promete asfixiar en 2021".

Facturación

En 2019, la facturación ascendió a 39,9 millones de euros, cifra que en 2020 ha pasado a ser de 3,6 millones. La disminución comparativa es del 90,9 por ciento.

"Es el verdadero motivo de exigencia, desde la firmeza, a las administraciones. En algunos comercios es del 78,9 y hay empresas cuya disminución ronda el 97 por ciento.

Empleos directos.

En 2019 se contabilizaban 496 empleos, mientras que en 2020 han caído en situación de Erte un total de 315 empleados. Además, se cuantificó que son 17 las tiendas que han cerrado en los últimos tres meses.

Chiquillo recordó que la indumentaria tradicional forma parte de los elementos que enriquecen la condición de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (fue uno de los satélites que orbitan alrededor del elemento principal, la falla) y que "es obligación, así lo marca la Unesco, preservar y proteger. La salvaguarda significa que conocimientos y técnicas se transmitan de generación en generación para seguir practicándolo".

"¿Nos imaginamos, en unos años, todos vestidos con las mismas telas, en la que el digujo es el de un dragón?" aseguró también, dibujando un futuro en el que, sin talleres en activo, la indumentaria se tiene que traer de telas de China.

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¿Cómo se garantiza el futuro? "Con incentivos fiscales, medidas educativas. Parece que es poco, pero es mucho, pero con la fuerza de este finrome hacemos un llamamiento a todas las insticuiones, desde el gobierno de España a los ayuntamientos, pasando por la Generalitat y las diputaciones. Y especialmente al ayuntamiento de València, que es donde surgió la iniciativa de la declaración de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Y las administraciones públicas están obligadas a tomar las medidas y acciones que aseguren la salvaguardia, preservación y promoción de, en este caso, las técnicas conexas a la indumentaria, siendo como es un elemento indispensable en la misma".

Se recordó en la comparecencia que el Plan Resiste es "insuficiente" y se advirtió que "si no se toman medidas, quinientos años de tradición pueden acabarse. No vamos a tolerar al Covid que acabe con siglos de existencia, pero hace falta el apoyo institucional. No vaya a ser que la Unesco nos retire la condición de Patrimoniio de la Humanidad por no proteger sus elementos.

Vicente Genovés aseguró que el sector de elaboración de sedas es el más afectado y lanzó un augurio: "si no hay soluciones, veremos quien teje las telas de las falleras mayores de València".

Chiquillo cuantificó las necesidades: "si la indumentaria ha tenido que pagar diez millones sólo por seguir existiendo, esa es la cantidad que necesitamos" e hizo una comparativa entre patrimonios material e inmaterial: "¿qué pensaríamos si las administraciones dejaran que se cayeran las columnas de la Lonja, que también es patrimonio de la Unesco?".