El Carnaval de Rio de Janeiro o, quizá mejor dicho, el "no Carnaval de Rio de Janeiro" ha comenzado con un acto cargado de simbolismo, y que guarda indudables paralelismos con la Crida de las Fallas.

Allí, el acto inaugural es la entrega, por parte de alcalde de la ciudad, de las llaves de la ciudad al "Rey Momo", un personaje elegido para la ocasión y que simboliza la conquista por el pueblo de la ciudad y que se encarga de presidir los festejos.

En esta ocasión, y en un evento celebrado en un sambódromo vacío, las llaves fueron entregadas, en presencia del Rey, a dos sanitarios. Que simbolizan el homenaje a las víctimas, al esfuerzo de este sector y esa especie de custodia de la ciudad hasta que las condiciones permitan su celebración.

A la vez, el sambódromo (en este caso, las particulares "Torres de Serranos") acogieron un espectáculo de luz y sonido en homenaje a les escuelas de samba, que podía contemplarse desde numerosos lugares de la ciudad.

Para completar el paralelismo, tras este acto hubo una protesta protagonizada por la ruina que supone la cancelación para muchas personas por la pérdida de la catarata de millones que genera esta fiesta. "El Carnaval es una de las mayores expresiones culturales de Brasil y tal vez del mundo. Pero aunque parezca sólo una fiesta con mucha diversión, también genera mucho empleo. Mucha gente depende del Carnaval para su día a día, para vivir, para comer. El Carnaval genera alegría pero también riqueza para el país y para esas personas", aseguró el compositor Tiaozinho da Mocidade, miembro del Consejo Directivo del Museo del Samba. Algo que recuerda mucho, por ejemplo, las campañas iniciadas para intentar salvar la indumentaria.

Y como si de mundos paralelos se tratara, también se han mostrado imágenes de la Ciudad de la Samba, el espacio en el que se construyen las carrozas, prácticamente abandonada, con los carros del pasado año.

Este año, la fiesta carioca no puede celebrarse por razones obvias de la pandemia. Ni en febrero, cuando estaba previsto, ni la versión aplazada del mes de julio, dado que su elemento distintivo es la concentración de personas y el contacto directo entre ellas. Se llegaron a poner a la venta entradas en el sambódromo para verano, pero hace apenas un par de semanas se optó por cancelar definitivamente un festejo que en 2020 aún hubo tiempo a celebrarlo.

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Brasil es uno de los países más afectados por la pandemia (el segundo del mundo con más muertes y el tercero en contagios), en gran medida por el negacionismo que ha expresado desde el inicio el presidente Jair Bolsonaro.

Ahora, las calles de Rio permanecen vacías, aunque el ciudadano carioca no ha olvidado sus costumbres y no ha dudado en disfrazarse, aunque sea para estar en casa o ir a trabajar.