Los casales falleros están a la espera de recibir la comunicación oficial de la Consellería de Sanitat para poder abrir nuevamente las puertas y comprobar si el próximo lunes (dentro del proceso de apertura que incluye en esta ocasión los mercadillos, al igual que lo fueron antes las terrazas y los parques infantiles) o unos días más tarde. Pero con condiciones. Será exclusivamente para un número limitado de personas. En principio, dos, pero podrían ser alguna más. Y en todo caso, aquellas que están facultadas para las labores administrativas. Y la apertura está destinada a eso: poder acceder a los ordenadores y pedir las subvenciones destinadas a las comisiones -a nadie escapa que, pudiendo hacerlo, harán otras gestiones administrativas- Será con un horario limitado y tope final para salir antes del toque de queda.

Esta apertura está a la espera de la orden por parte de la Consellería de Sanitat. Lo que sí que está decidido es que, aunque se pudiera abrir ya la próxima semana, la siguiente estará inhábil. Es decir, la que va del 15 al 21 de marzo. Y se hace para evitar caer en la tentación de celebrar alguna fiesta. Hasta el punto que se advirtió que habría vigilancia ante luces encendidas esos días.

La postura desde Sanidad es no conceder ni un metro. Con las Fallas ya se ha visto a lo largo de los meses anteriores. Tanto es así, que ha sido uno de los grandes generadores de controversia con los agentes falleros, al considerarse éstos «señalados» cuando no se ha tenido que desalojar ningún casal por mala praxis. Pero esta preocupación está extendida a otros estamentos. No hay más que leer las declaraciones de Ximo Puig, alertando de «no puede haber fiestas paralelas» y en esta ocasión no refiriéndose a los falleros, sino a los estudiantes que no iran a clase. «No puede haber comportamientos adosados a la fiesta».

El nuevo cartel, en la calle

Mientras, los vestigios siguen apareciendo. Ya están en los «muppies» de la ciudad la nueva versión del cartel de Fallas, en el que se mantiene la imagen gráfica, pero acompañada, con la misma tipografía, de la palabra «Tornarem», a la que se acompaña el latiguillo habitual de Carlos Galiana, «Llarga vida a les Falles»

Los casales falleros están a la espera de recibir la comunicación oficial de la Conselleria de Sanitat para poder abrir nuevamente las puertas y comprobar si el próximo lunes (dentro del proceso de apertura que incluye en esta ocasión los mercadillos, al igual que lo fueron antes las terrazas y los parques infantiles) o unos días más tarde. Pero con condiciones. Será exclusivamente para un número limitado de personas. En principio, dos, pero podrían ser alguna más. Y en todo caso, aquellas que están facultadas para las labores administrativas. Y la apertura está destinada a eso: poder acceder a los ordenadores y pedir las subvenciones destinadas a las comisiones -a nadie escapa que, pudiendo hacerlo, harán otras gestiones administrativas- Será con un horario limitado y tope final para salir antes del toque de queda.

Esta apertura está a la espera de la orden por parte de la Consellería de Sanitat. Lo que sí que está decidido es que, aunque se pudiera abrir ya la próxima semana, la siguiente estará inhábil. Es decir, la que va del 15 al 21 de marzo. Y se hace para evitar caer en la tentación de celebrar alguna fiesta. Hasta el punto que se advirtió que habría vigilancia ante luces encendidas esos días.

La postura desde Sanidad es no conceder ni un metro. Con las Fallas ya se ha visto a lo largo de los meses anteriores. Tanto es así, que ha sido uno de los grandes generadores de controversia con los agentes falleros, al considerarse éstos «señalados» cuando no se ha tenido que desalojar ningún casal por mala praxis. Pero esta preocupación está extendida a otros estamentos. No hay más que leer las declaraciones de Ximo Puig, alertando de «no puede haber fiestas paralelas» y en esta ocasión no refiriéndose a los falleros, sino a los estudiantes que no irán a clase. «No puede haber comportamientos adosados a la fiesta».

El nuevo cartel, en la calle

Mientras, los vestigios siguen apareciendo. Ya están en los «muppies» de la ciudad la nueva versión del cartel de Fallas, en el que se mantiene la imagen gráfica, pero acompañada, con la misma tipografía, de la palabra «Tornarem», a la que se acompaña el latiguillo habitual de Carlos Galiana, «Llarga vida a les Falles».