Tal día como el primer viernes de marzo se debía haber celebrado uno de los eventos masivos del programa de Fallas: el encendido de las grandes participantes en el concurso de calles iluminadas. Al que seguiría inmediatamente el del resto de comisiones hasta que la práctica totalidad de las cuatrocientas ofrecieran un aspecto especial a la ciudad nocturna.

La iluminación artística es la gran olvidada dentro de la lista de sectores relacionados con la fiesta y afectados por los rigores de la suspensión. Empresas locales, nacionales e internacionales tardarán seguramente en regresar y si pueden.

«De momento sobrevivimos de las reservas. Sabemos lo que hay porque, por ejemplo, hemos pasado todos el covid. No nos lo tienen que explicar. Pero es cierto que para nosotros es una realidad muy dura» asegura Carola Andreu, gerente de Just, la emblemática empresa valenciana que surte a más de un centenar de comisiones. Con situaciones tan tremendas como que «nuestro epígrafe no ha entrado en ninguna subvención. E incluso en la época de Erte, al ser "electricistas", se consideraba actividad esencial».

A lo largo del año se han dado situaciones curiosas. Por ejemplo, que las luces de Sueca-Literato Azorín y Cuba-Puerto Rico -ésta, la ganadora del primer premio- permanecieron en las calles hasta pasado el verano. Los no menos tradicionales Ximénez no podían acudir a València a retirar esas ni el resto de fallas contratadas. «Por el confinamiento; luego por el Erte, aunque conseguimos que los trabajadores estuvieran el menor tiempo posible; después, por cierres perimetrales...» recuerda la portavoz de la empresa, Marta del Pino. «Realmente, Fallas fue nuestro último trabajo hasta Navidad».

Reciclarse e investigar

Las luces serán seguramente, junto con las verbenas, de las últimas actividades que se sumen a la normalidad. Ahora toca incertidumbre. «La iluminación aporta un valor añadido a las fiestas, a la calle, de la que forma parte. Cuando consigamos salir e instalar con normalidad será la mejor señal porque no sólo las fiestas habrán vuelto, sino toda la sociedad. Será señal de regeneración».

Mientras, esta empresa de Puente Genil se ha dedicado a «explorar nuevas fórmulas, reciclarnos, nuevos mercados... detrás de las luces hay mucho más. En nuestro caso, por ejemplo, una gran cantidad de puestos de trabajo en la comarca». Pero, de momento, les toca esperar.

Just había propuesto una acción para estas Fallas: «poner luminosos sólo con el nombre de cada comisión. Presentamos presupuestos y parecía que gustaba... hasta que los presidentes nos dijeron que como no hay Bando, no se pueden extender guirnaldas».

De momento, la ciudad tendrá que permanecer apagada.