La iniciativa auspiciada por los colectivos profesionales de la indumentaria tradicional está siendo un éxito. El reto #salvemlaindumentaria, consistente en invitar a las comisiones a hacer proselitismo de uno de los valores patrimoniales más importantes de la fiesta Fallera, y que se encuentra en una situación más que delicada por los rigores de la crisis, ha sido apoyada masivamente. Más de doscientas comisiones de la Comunitat Valenciana tienen ya fecha y hora para sacar sus mejores galas y acercarse al Museo de la Seda.

La iniciativa consiste en que los llamados «cuadros de honor» (presidentes y falleras mayores) acudan Colegio del Arte Mayor de la Seda, vestidos con la indumentaria tradicional, para hacerse fotos. Y en una de ellas, sosteniendo un cartel con el mencionado hastag. Algo extraordinariamente simple, pero que se ha acogido con ansias «tanto por comisiones de la ciudad como de las juntas locales», asegura Eduardo Puertes, indumentarista y uno de los coordinadores de la iniciativa. «Se han establecido turnos, se les da un día y una hora, de viernes a sábado, y disponen de media hora, tras pasar por un control de temperatura, entrar por una puerta y salir por otra. Es un rato, pero lo agradecen extraordinariamente y da tiempo. Y demuestra que se pueden celebrar más actos de lo que a las Fallas se le está permitiendo».

La campaña sirve para dar un poco de trabajo al sector: «igual hay que hacer un arreglo al corpiño, y se mueven la peluquería y el maquillaje, el fotógrafo...» pero lo esencial es el acto virtual: «que si cada persona mueve el mensaje en las redes de que hay que salvar la indumentaria, que hay que incentivar su consumo y su apoyo moral, se da por bien empleado».

El sector, que va desde los proveedores de los elementos a quienes los encajan en forma de traje, ha calculado unas pérdidas catastróficas durante los últimos doce meses. El hecho de que la fiesta no se haya conseguido celebrar todavía supone un parón en la producción por la ausencia de nuevas falleras mayores y, por consiguiente, de nuevo mercado. Los cálculos de pérdidas hablan de pasar de facturar 40 millones a 3,6. Tejedores, orfebres y modistas malviven ahora de la poca confección que han hecho, de alguna solución imaginativa y de las ayudas de la administración «aunque no es suficiente».

Las comisiones se han sumado masivamente a la campaña. De izquierda a derecha, Barón de San Petrillo, Poeta Emilio Baró, Avenida Valladolid y Carcagente-Jerónimo Muñoz.