Me muero de ganas de sacar los trajes. Están en una habitación, desde que los volví a guardar. Lo tenía todo preparado, qué traje cada día, los moños, los zapatos... fue un disgusto. Claro que quiero Fallas. Pero quiero unas Fallas seguras. En las que podamos estar tranquilos y ser felices».

Cientos de falleros y falleras podrían protagonizar este perfil. Uno cualquiera de los #FallersEnPrimeraLínea, una campaña que «me gustó mucho porque es una realidad y, de paso, por si alguien pudiera pensar que los falleros no somos capaces de asumir la desilusión». Una campaña que recordaba que, entre doscientos mil falleros decepcionados porque la fiesta se quedó alicortada, muchos han peleado por paliar los efectos de la pandemia desde el sector sanitario.

Paula Santarrufina Terrasa lleva haciéndolo desde el primer día en Urgencias. Apenas unos meses antes había estado en otra primera línea: la corte de Marina Civera, la de 2019. Aquella vida de agasajos se convirtió de sopetón en una dimensión que, como a todas las profesionales, le ha marcado seguramente de por vida.Paula recuerda que estaba de guardia el primer día que acudió un positivo. «Ahora pienso en lo ingenuos que éramos. Lo vimos como un caso aislado. «No pasa nada. Habrá sido una casualidad». Poco después empezamos a ver que no lo iba a ser».

A partir de ahí, todo lo que vino. «Recuerdo los problemas que teníamos para ponernos los Epis. Claro, no estábamos preparadas pada nada. Ahora lo hacemos de forma casi automática. Recuerdo el día que se decidió separar una zona Covid y otra no Covid». Y cómo se ha producido el efecto acorderón. «Durante estos meses se ha hecho una más grande que la otra. Ahora, por ejemplo, volvemos a ir a menos. Pensar en que venía una ola y se volvía a ampliar nunca era una buena noticia». «Me he ido a casa llorando muchas veces porque ha habido momentos que te enternecen mucho. Pero también he vivido momentos muy bonitos en lo personal. Sobre todo, la confianza que tenían los enfermos en tí. Al quedar aislados, se ha establecido una relación entre los enfermeros y los pacientes que, de normal, no existe porque están los acompañantes. Te han contado sus temores, les has animado, has celebrado su recuperación y has sufrido cuando las cosas no han ido bien».

Y mientras «con el temor a contagiar cuando llegabas a casa. A mi abuelo no le he visto más que una vez en un año y me duele porque es tiempo que no voy a estar con él y que no quiero perder. Con los amigos puedes aguantar, pero un minuto que no pasas con tu abuelo, es un minuto que pierdes». Los sanitarios llevan la disciplina a rajatabla «y prueba de ello es que, al final, despues de tantos meses en primera línea, me contagié en casa por un contacto familiar. Aunque lo pasé asintomática, he estado un mes fuera».

Ahora ha vuelto y vacunada por ser personal sanitario. Hospital aparte, Paula Santarrufina ha puesto en marcha una línea de pequeño negocio. El destino de la corte la unió a María Cavero y estos meses han creado la marca «Mascarillas Con Mimo», material homologado al que se ha sumado ahora una nueva línea de discos desmaquilladores de materia ecológico. Emprendimiento en tiempos difíciles.

Y entre vez y vez, fallera de Bilbao-Maximiliano Thous. «Estoy muy contenta de todo lo que han hecho las fallas. La solidaridad ¿Verdad que lo de ofrecer los casales es un «puntazo»? Y el poco tiempo que se han abierto, se han puesto todas las medidas higiénicas. Mi casal apenas estuvo abierto unas pocas semanas pero estaba muy bien organizado. hemos sido un espacio seguro».

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No todos han obrado así. Paula también se ha enfadado. «No me importa que te contagies si eres un inconsciente. Me importa que contagies a otro» y aún más cerca. «Después de Navidad, cuando venían familias enteras contagiadas y salta a la vista que no han respetado las limitaciones que se pusieron en las cenas.

Pero vienen con tanto susto que no vas a dejar ni un minuto de dar lo mejor de tí misma». «Si puedes ser en julio; perfecto. Si hay que esperar a septiembre, lo haremos. Si no hubiera más remedio que aguantar a 2022, habrá que hacerlo, aunque habrá que ayudar a que los artistas o los indumentaristas no se queden atrás. Pero necesitamos hacer las Fallas sin exponernos».