La incertidumbre sanitaria ha empezado a generar una nueva corriente entre las comisiones de falla, que queda a mitad de camino entre celebrar la fiesta tal como la permitan las autoridades sanitarias y no celebrar absolutamente nada. En las últimas horas han aparecido dos de ellas que, en esencia, lo que han decidido es plantar y quemar sus monumentos (cumpliendo con una de las premisas básicas que se persigue con la edición Covid de la fiesta: darle un final adecuado a las obras efímeras), pero nada más. Suprimir cualquier acompañamiento social. Han sido los casos, de momento, de Virgen de la Cabeza-José María Mortes Lerma y el Barrio de la Luz. Ambas han tomado la decisión mediante una votación entre sus propios falleros.

En el caso de Virgen de la Cabeza proclaman que su actividad se limitará a plantar y quemar. Sin actividades sociales o festejos que le acompañen. Una decisión que aseguran haber tomado «muy a nuestro pesar». Tanto es así, que días atrás incluso presentaron el llibret de las fiestas de septiembre.

El Barrio de la Luz, también

A su vez, el Barrio de la Luz también ha anunciado que reduce su actividad a plantar y quemar. En este caso sí que cuentan con una participación mínima en la Ofrenda, teniendo en cuenta que las falleras mayores son de las que no continuarán de cara al ejercicio 2022. Pero también consideran que, con medio millar de falleros en el censo, no se puede llevar a cabo actividad social para, consideran, evitar riesgos. Pero sí que plantarán unos proyectos que militan en categorías altas. En ambos casos apelan a regresar en 2022 celebrando en plenitud.