Perder para ganar. La situación epidemiológica no va a permitir celebrar estas fiestas josefinas con normalidad pero sí deja islas de «libertad controlada». La normativa de la Conselleria de Sanidad, pactada en su día con los falleros, permitirá que estos días se celebren actos tan arraigados en las comisiones como los concursos de paellas pero con algunas restricciones: solo podrán ser al aire libre, y en grupos y con mesas de máximo 10 personas. La mascarilla, como en el resto de actos, estará omnipresente «salvo en el momento del consumo».

Lo que no va a permitir Sanidad ni en estas fiestas ni en cualquier otra que se haga gracias a la modificación de la ley aprobada ayer, son los karaokes. Estaba claro que las Fallas no iban a ser sinónimo de verbenas ni de discomóviles (el baile aun en exteriores está prohibido) pero tampoco se podrán hacer karaokes o actuaciones «amateurs» de canto, actividades muy presentes otros años en el interior de los casales.

Estos, como ya se esperaba, tendrán una regulación rígida. Las carpas no tendrán laterales para garantizar la ventilación y cualquier actividad que hagan «asimilable» a la hostelería, como las consabidas comidas, almuerzos o cenas, se regirá por sus normas: mesas de máximo 6 personas en interior o de 10 en el exterior y prohibición de consumir en barra, por ejemplo. Solo se podrá comer y beber en las áreas habilitadas para ello. De hecho, el protocolo sanitario pide que las mesas tengan grupos estables con las mismas personas «preferentemente del mismo núcleo familiar» en todas las actividades.

El control dentro de los casales y en el entorno de cada comisión correrá a cargo de un agente covid nombrado a propósito que, según apuntó ayer la consellera de Sanidad, Ana Barceló, «han recibido formación» específica y van a tener una nueva videoconferencia para insistir en las directrices de aquí al día 1. En su ausencia, se recomienda que quede otra personas encargada de que se cumplan las medidas.