«Le pedimos a San José que consiga del cielo celebrar el año próximo esta fiesta en su día y con toda normalidad, libres de pandemia». Con este deseo, pronunciado por el cardenal Antonio Cañizares, se resumía la rareza que presidió el último día de Fallas. El santoral católico marca el 5 de septiembre como el día de la Beata Madre Teresa de Calcuta, San Alperto de Tortona y San Quinto de Capua. Con permiso de los tres referentes católicos, las Fallas de 2021 rindieron tributo ayer a Sant Josep, el patrón de estas fiestas que tuvieron que ser desplazadas de su fecha original y, como tal, de la celebración en el día del santo, el 19 de marzo.

Unas «Fallas de Septiembre» contradicen absolutamente el teórico origen de las «Fallas de San José»: que los carpinteros, con la llegada del equinoccio de invierno y la llegada en marzo de su fiesta patronal, quemaban el «parot» con el que se alumbraban porque los días empezaban a alargarse. Ahora es justamente lo contrario: el cercano equinoccio de verano anuncia el inicio de las noches largas. Y lo último que habría que hacer con el artefacto de madera, sería prenderle fuego porque volvería a ser necesario.

Incluso en la Ofrenda del día 4, segundos antes de entrar Consuelo Llobell en la plaza, con el sonido de las campanadas de medianoche, el narrador Josep García Bosch recordaba que no podía decir en esta ocasión «feliz día de Sant Josep».

En esta ocasión, fuera de calendario y horario (fue por la tarde), también se recordó al patrón de la fiesta, de los carpinteros y de los artistas falleros con una misa mayor. A la que las falleras y cortes llegaron unos minutos tarde (el horario era inflexible por la televisión) al acumulárseles la comida oficial y cambiarse de la manga de farol al corpiño de manga larga.

El cardenal Cañizares se refirió a San José como el «educador» y protector de la vida de Jesús, por lo que apeló a él. «Cuánto necesitamos de la custodia de San Jose en estos tiempos de prueba, renovacion y fidelidad» y a su amparo «cuando la Iglesia de Dios está amenazada por las insidias del maligno».

También aprovechó para recordar uno de sus clásicos, la «indigna ley de eutanasia», recordando unas recientes declaraciones del papa Francisco. «La ley de muerte y descarte». «Por ahí no hay futuro».

Consuelo Llobell, se dirigió al patriarca convencida de que «contemplas desde el cielo los monumentos destinados al fuego. Aprecias el buen hacer de nuestros artistas y seguro quieres que los vicios y defectos se purifiquen cuando quemamos los ninots y que querrías que no hubiera más fuego y pólvora que la de la fiesta, ejemplo de convivencia y sana alegría, paz y unidad. ¿Cómo no vas a alegrarte cuando nos ves desfilar para cubrir de flores la imagen de tu santísima esposa?».

Olóriz también cumple

Además de la misa, también se han visto en estas Fallas tan atípicas los dos retablos al santo: la hornacina con la imagen durante la Ofrenda del viernes y el sábado y el luminoso que, desde marzo, muestra a la sagrada familia en la fachada d ela basílica.

Además, como también dicta el calendario fallero, la comisión Doctor Olóriz hizo su tradicional ofrenda floral a la escultura del santo en el Pont de San Josep, donde asistieron las Falleras Mayores de València. Esa ofrenda también se realizó el pasado marzo e incluso durante 2020, en el confinamiento más duro, apareció un ramo de flores en el balconcillo de la estatua el día 19 el de San José «de verdad».