Uno de los aspectos que han llamado la atención en las Fallas de Septiembre es el repunte de actos vandálicos alrededor de los monumentos falleros y los protagonistas de la fiesta. Y que tuvieron un colofón especialmente violento con el ataque de un grupo organizado de menores a los falleros de la comisión Norman Bethune. Los hechos denunciados ante la Policía Nacional hablan de una agresión múltiple después que los falleros recriminaran a los jóvenes, aparentemente pertenecientes a una banda organizada, que estaban disparando cohetes borrachos en la zona de actividades.

La respuesta fue lanzarse a la agresión física, que se saldó con diez falleros golpeados, alguno de los cuales requirió atención hospitalaria, y amenazas por parte de los agresores. Apenas a unos cientos de metros, la comisión de José Maestre también sufrió en un par de ocasiones el ataque con cohetes borrachos, tanto en la «despertà» como durante un monólogo, aunque sin estar identificados los agresores. La falla infantil fue sufriendo el robo de «ninots», de tal manera que finalmente se decidió trasladarla a la puerta del casal.

Estos incidentes se suman a una lista anómalamente alta. Incidentes siempre hay, pero no de esta virulencia, tanto hacia las personas como, sobre todo, a los monumentos falleros. En estos días se han registrado algunos especialmente violentos, como la destroza en la falla Ramiro de Maeztu-Leones, el intento de incendio de la Plaza de Patraix y numerosos robos menores, que incluso han sido grabados en vídeo por sus autores.