La Junta Central Fallera se ha visto obligada a contratar de forma directa las telas de las cortes de honor después de que la licitación haya quedado desierta.

Esto significa un retraso en la confección de la indumentaria tradicional, que ahora tiene mucho menos tiempo para realizar el puzzle de elementos que, teóricamente, debía esta completado en el mes de diciembre.

Se trata, además, del elemento básico: si no hay telas, no pueden entrar en liza los indumentaristas (en principio, serían 1700 y La Joia). El servicio de confección y de manteletas sí que estaba decidido, pero la tela no ha encontrado empresa, de las pocas especializadas, que lo haya querido hacer en las condiciones ofertadas.

¿Cual es el motivo? No hay otro que el precio ofertado. En concreto, el precio estimado era de 10.850 euros netos para mayores y otro tanto para infantiles.

Con ese precio había que confeccionar 39 cortes de tela (el primer traje, el segundo traje y la tela de los dos corpiños), una cifra que, aunque superior entres mil euros en algo más de tres mil euros a la edición de 2019, se considera totalmente fuera de mercado. Tanto es así que, por ejemplo, una de las empresas punteras como Vives y Marí ya había renunciado a presentarse para la edición de 2020. El número de empresas especializadas es muy pequeño y desde hace tiempo, es una queja reiterada.

Ahora llega una verdadera carrera contra el tiempo para completar los trajes. De hecho, la prioridad son los llamados "segundos trajes", que deben estrenarse en el tramo final de diciembre.