La Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad sigue creciendo después de que, en la reunion de 2016, las Fallas pasaran a formar parte de la misma. Tanto, que ya son 584 las manifestaciones culturales incorporadas por la Unesco, para las que solicita a los estados una vigilancia y una protección para que no se pierdan por su valor social, cultural e histórico.

Las Fallas pasaron los filtros con bastante suficiencia y su nombramiento fue celebrado en la ciudad de forma exultante. A partir de ahí siempre quedará el debate de hasta qué punto se vale de esta condición para fomentarla, protegerla o mejorarla. Pero es una realidad que tienen todos patrimonios y todos los estados que van sumándose a la lista de privilegio.

No es el Patrimonio de la Humanidad una lista, de las que tanto rulan por internet de "Las 10 Mejores Fiestas del Mundo". Son requisitos mucho más profundos que la popularidad o el interés turístico. Prueba de ello es que, por ejemplo, hay carnavales, pero todavía no el de Rio de Janeiro o el de Venecia.

Lo que no quita para que fiestas, artesanías, habilidades o manifestaciones de danza o música conocidas hayan entrado en el mundo Unesco después de las Fallas.

A la vez que las Fallas, en 2016 se incorporaron los ritmos del merengue de la República Dominicana, la Charrería ecuestre de México o el Yoga.

Desde entonces, incorporaciones llamativas han sido, por ejemplo, el Reggae jamaicano, la fabricación de órganos en Alemania; el arte de los pizzeros napolitanos o las parrandas de Cuba. Irlanda ha aportado sucesivamente el arpa, la gaita y un deporte autóctono: el hurling.

El hurling es uno de los pocos deportes que son Patrimonio de la Humanidad.

También se han incorporado manifestaciones conocidas como la Bachata de la República Dominicana, el Alpinismo (presentado por Francia, Suiza e Italia). También el masaje tailadés, el arte de los relojeros de Suiza o la Sauna finlandesa. Las elaboraciones gastronómicas también tienen bastantes representantes y uno de los últimos ha sido el cuscús. También la trashumancia, adscrita a Austria, Italia y Grecia, a la que aún no se ha sumado España.

España ha incorporado dos nuevos patrimonios: las tamborradas y la fiesta de los Caballos del Vino de Caravaca. También ha participado de una candidatura conjunta: la elaboración de Muros de Piedra Seca, propio de varios países.

38

Corso Zundert, la fiesta entre Fallas y Batalla de Flores que quiere ser Patrimonio de la Humanidad Levante-EMV

Y las candidatas para 2021...

Un total de 48 candidaturas se presentan a la convención de 2021. No todas van a pasar el filtro. Por ejemplo, el informe técnico ya ha descartado de plano el revivalismo de Jamaica por tratarse de una religión -que no se consideran Patrimonio de la Humanidad sino, en todo caso, elementos de la misma- y ha aconsejado a varios países que repiensen las suyas, como a Camerún, Etiopía, India, Laos, Mauricio y varias más.

Entre las que, de momento, cuentan con un informe favorable, destaca el Corso, la particular Batalla de Flores holandesa, que tiene una estructura que, en muchos aspectos, recuerda a las Fallas de València. También parece que van a pasar el filtro los bailes y canciones Inuit de la colonia ártica de Dinamarca, la rumba del Congo, la caligrafía árabe o la recogida de la trufa italiana. Curiosamente, el Corpus tiene dos manifestaciones culturales: las danzas en Panamá o la confección de tapices florales en Polonia, dos elementos que también se dan en València.

43

Primera jornada de la celebración de las Fallas como Patrimonio de la Humanidad Moisés Domínguez