Inmediatamente después del que elige para el espolín de su exaltación, el traje de la Crida se convierte en uno de los aspectos más seguidos de la indumentaria tradicional.

Carmen Martín Carbonell ha elegido el color negro, uno de los que más personalidad marcan. Se trata de un lampazo “Arabesco” en seda, un diseño de espolín procedente del archivo de Rafael Catalá, trasladado a telar moderno y que se complementa con un corpiño de raso también negro.

El traje, elaborado en "A l'Antiga", se completa con un aderezo de Art Antic, un diseño con modificaciones exclusivas para la fallera mayor, en plata de ley chapado en oro, inspirado en diseños del Siglo XVIII. Se trata del regalo que le hace la corte.

Carmen, a la salida de su casa. El Tocador

Así mismo el conjunto incluye el cancán de Margarita Vercher, manteletas de Hijas de Carmen Esteve, peinetas de Mes Q Pintes, zapatos de Aurora y puntillas de Santos Téxtil.

El peinado y maquillaje ha corrido a cargo de su gabinete de cabecera, El Tocador de Jesús Sáez y J. Parralejo.

El color negro no se lucía en una Crida por una fallera mayor de València desde el año 2014, cuando lo llevó, con un espectacular "Espigas" Carmen Sancho de Rosa.

El traje de Carmen, en primer plano Compañía Valenciana de la Seda