La calle Conde Altea es un espacio de culto a Manuel Algarra: en el cruce con Almirante Cadarso, su muy buena falla de Especial, con un cambio arquitectónico más que apreciable que le ha dado el cuarto premio de falla y primero de ingenio. Y unos pasos más abajo, en una demarcación que, a pesar de las dimensiones de la falla, se puede atravesar en coche, la mejor falla de Primera A.

Maestro Gozalbo-Conde Altea recupera el trono en la categoría de plata, después del fallo en septiembre, donde el resultado estuvo por debajo de lo que se esperaba. Ahora, el proyecto da un giro espectacular. Se acaba el barroquismo que había imperado en los anteriores (y también exitosos) años y se impone un nuevo estilo surgido del ingenio de Iván Tortajada, quien se ha dejado ver para ganar con la gorra con una fallita en Corretgería infantil y para iluminar una explosión de líneas y colores que no se parecen en nada a lo plantado anteriormente con Algarra, quien ha tenido el virtuosismo técnico para, una vez más, readaptarse a otra exigencia.

«I el sol va eixir per l’Oest» contiene todas las crítica al uso, incluyendo las de proximidad, como la versión del cuadro «La balsa de la Medusa» de Géricault, pero en clave fallera, con los oficios hundiéndose y salvándose «la peineta», con Carlos Galiana, Pere Fuset y Javier Tejero de protagonistas.

El triunfo de Maestro Gozalbo manda al segundo puesto a Grabador Esteve, que, de cualquier modo, vuelve a demostrar que es claramente uno de los grandes. El gran invitado a la fiesta es, en esta ocasión, su vecina de Conde Salvatierra, que se catapulta al tercer puesto, su mejor resultado desde el año 1948. Por contra, se desplaza de la zona alta alguna de las clásicas competitivas, como San Marcelino y Nova d’Orriols, que se van al quinto y octavo, lo mismo que Telefónica, que cae al décimo. Por contra, Jerónima Gales logra su mejor galardón: la victoria en ingenio y gracia.