La lluvia amenaza la tradicional y multitudinaria Ofrenda de flores a la Virgen. Las falleras y falleros que pese a las inclemencias meteorológicas se preparan para desfilar ante la "Geperudeta" buscan soluciones para evitar que un aguacero arruine sus delicados y caros trajes. “Nos llaman todos los días para ver si tenemos algún tipo de protección para la lluvia”, asegura el veterano indumentarista Álvaro Moliner, quien solo recuerda una vez en la que se tuvo que cambiar la Ofrenda a la mañana del día de San José debido al mal tiempo.

“Nos han llamado personas, enfadadas incluso, por no ofrecerles algún tipo de solución para los días de lluvia”, comenta Moliner, quien estos últimos días también ha visto incrementarse las ventas de última hora de prendas de abrigo, como corpiños de manga larga, el pañolón para ellas y las mantas de pastor o de Bocairent para ellos.

El pronóstico de agua y viento ha convertido el "chubasquero de falda" en el complemento fallero más buscado estos días. En el taller de confección "La Llar del Fil" de Tavernes de Valldigna, uno de los pocos fabricantes de este artículo están "desbordados". "No damos abasto", apunta el encargado, Justo Grau.

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En la última semana con la previsión de lluvia han recibido más de 800 pedidos. Hoy tenían previsto cerrar ya por fallas pero ante la demanda han abierto "solo para hacer chubasqueros de falda".

Esta sencilla pieza de plástico lleva una goma ajustable en la cintura, se confecciona en talla de niña y de mujer, y protege de forma efectiva las faldas bordadas. El fabricante incluso ha rematado el bajo con puntilla para embellecer la pieza. Grau explica que llevan varios años haciendo este artículo cuyo precio ronda los 30 euros. Ellos lo comercializan directamente y también lo distribuyen en tiendas, donde están prácticamente agotados.

El protector de plástico de falda de fallera se ha convertido en el complemento más buscado. Talleres como La Llar dels Fils lo fabrican con puntilla en el bajo y goma ajustable en la cintura

Este protector de lluvia se vende desde hace varios años pero estas Fallas la demanda les ha sobrepasado porque dan muchos días de lluvia seguidos, justo en los días centrales de la Ofrenda. "Pensamos en hacer una pieza para todo el cuerpo, pero las tiendas lo desaconsejaron porque era demasiado aparatoso". "El chubasquero protege la falda que es lo que más sobresale y el cuerpo con el pañolón y el paraguas". "No queda otra", aseguran en el taller de Tavernes que atiende pedidos de València pero también de otras poblaciones como Alzira y Gandia.

Consejos para el desfile

Las faldas y corpiños de tela y terciopelo del traje de fallera son muy delicados además de caros. “Lo peor para los tejidos de la indumentaria es el agua”, explica Álvaro Moliner. "El principal consejo que podemos dar es que no se pongan la banda" porque "con el agua destiñe y puede ensuciar todo el conjunto". Estas manchas "son muy difíciles de eliminar", como también los son las que provoca el agua en las telas de las faldas y cuerpos.

El espolín de seda es el tejido tradicional del traje de fallera, sin embargo, su complicada técnica de elaboración y la materia prima lo convierten en un objeto de lujo al alcance de pocos. El hilo del bordado del espolín lleva metal por lo que el agua puede ser nefasta para la pieza.

Un traje de fallera de espolín puede costar 14.000 euros por eso los indumentaristas trabajan con tejidos "sintéticos" más económicos y accesibles a los bolsillos, especialmente, el rayón en cuya elaboración se utiliza pasta de papel. Aquí también "lo peor que les puede pasar es que se mojen". El agua ablanda la tela, pierde cuerpo y, aunque la lleves a la tintorería, "nunca vuelven al estado anterior". Aunque son más económicos que el espolín, el coste de un traje completo no baja de 2.000 euros.

Protector para falda de fallera

A parte del chubasquero de falda, para proteger la parte superior del traje hay que acudir al típico pañolón, cuyos precios varían pero que se puede comprar por 50 euros y "duele menos" si se moja, y al paraguas para la cabeza, donde también es importante proteger los postizos, moños y el maquillaje.

En caso de no encontrar ya chubasquero de falda, Moliner aconseja recurrir a un sistema más casero. “Comprar un plástico quitalluvias y ponerle una goma”. Otro truco es darle la vuelta a la falda, para que se moje el forro, que siempre se puede cambiar, protegiendo la parte exterior que es la más valiosa.

Más ventas y sobre todo "arreglos"

Con todo, habrá elementos de la indumentaria que sufrirán y de mojarse podrían echarse a perder como son los zapatos. Algunos fabricantes aplican tratamientos impermeabilizantes, que encarecen la pieza y que normalmente no se aplican. “Hay que tener mucha previsión para hacerlo”, asegura Moliner. Los hombres lo tienen más fácil porque el pantalón es "más sufrido" y la parte superior se puede proteger con la manta y el paraguas. Para las falleras, el agua "si puede ser un desastre".  "Muchos se lo pensarán para ir a la Ofrenda".

Aunque las Fallas de 2022 queden deslucidas por el mal tiempo, los indumentaristas empiezan a levantar cabeza tras dos años de pandemia. Las fallas de septiembre de 2021 "fueron buenas" y animaron las ventas, que habían caído en un 90%. Los falleros se han animado y además de nuevos encargos se han hecho mucho arreglos de trajes que se encargaron antes de la pandemia y se han recogido este año. "Muchos se habían quedado pequeños sin estrenar".