El fervor por la Virgen y el peso de la tradición puede más que la lluvia. Sin duda. Miles de valencianos y turistas se acercaron ayer a ver el manto de la Mare de Déu, completo y con la imagen del Ave Fénix en todo su esplendor, pese a que durante todo el día no paró de llover. Los ratos en los que la tromba de agua era más intensa dejaban casi vacía la plaza pero en cuanto paraba de llover, el ágora se llenaba y todo el mundo aprovechaba para acercarse a ver a la patrona, para fotografiarla o para hacerse selfies. La tradición manda.

También para pedir por sus seres queridos o para cumplir alguna promesa. Ilsa Figueroa y su marido Raúl Yordán, llegados de Puerto Rico, le pidieron a la Mare de Déu «poder volver muchas veces más a València por fallas», explicó Ilsa. «Desde 2019 -comentaba esta turista- es nuestra primera salida y hemos querido venir a València porque sabemos que la Virgen nos cuidará». Respecto a la lluvia, esta oftalmóloga señalaba: «es una pena». Aunque gracias a la menor cantidad de público, «hemos podido ver el manto de cerca y llegar a la Catedral y la Basílica», añadió.

Cristina Gómez, su hermana Begoña -que vive en Madrid- y sus familias también acudieron a ver a la Virgen. «Para cumplir con la tradición» apuntó esta valenciana. «Sabe mal que haya salido mal tiempo porque las falleras tenían mucha ilusión y se habían hecho trajes nuevos -relató-, pero lo importante es que pudieron salir a la Ofrenda y han estado ahí pese a la lluvia». «El tiempo no ha acompañado -subrayó- pero los falleros han estado ahí haciendo fiesta como siempre».

No menos importante fue la presencia de la falla Mossén Sorell-Corona en la plaza. La entidad presidida por Miguel Ángel Ruiz cumplió con su propia tradición: «Desde hace 10 años hacemos una ofrenda a Sant Josep, el 19 de marzo. Venimos a los pies del santo y le hacemos entrega de los ramos», remarca. «San José y la Virgen se han puesto de acuerdo para que pudiéramos venir, al final, el tiempo ha respetado», dijo.

La comitiva venía de la iglesia de Nuestra Señora del Puig de oir misa y también acudió a honrar a Sant Josep. «Es nuestro patrón y somos la única falla que lo hace», comentó el fallero José Ribes.

Por último, una representación de la falla de la plaza de Mossén Milà acudió a ver el manto con su presidente Antonio de Zárate a la cabeza. Es el más longevo de la fiesta, con 47 años en el cargo: «esta es nuestra demarcación, solemos venir todos los años. En septiembre vinimos y ahora también», comentó. «La Virgen está preciosa -apuntó su esposa Susana Larrabeiti-, teníamos muchas ganas de fallas y aunque está lloviendo estábamos deseando venir a verla».