Decir que "nos robó el corazón" cuando estuvo en la corte de 2018 es un argumento más que válido. Pero la verdad es que a lo que se dedica Meritxell Soler Costa, fallas aparte, es a reparar y recuperar corazones por su condición de médica cardióloga. Pero no menos cierto también es que su enlace con Adrià Delgado también llegó al corazón de aquellos que la conocen, y que se trasladaron hasta Badalona para asistir a su fiesta más feliz.

Meritxell Soler había sido corte infantil en 2000 y reapareció en el verano de 2017, como preseleccionada de su comisión, Avenida Burjassot-Joaquín Ballester, a los 27 años. En la Fonteta era una apuesta segura y sus amigas de la comisión llevaban como "tifo" su número de las pruebas y el logo de un electrocardiograma.

Pasó el año de la corte (incluyendo el viaje para el Extra de Fallas de Levante-EMV a Córdoba) sin descuidar su periodo de residencia y los avatares de la vida de los médicos la llevaron primero al hospital Bellvitge de Barcelona y ahora al Germans Trías i Pujol. Y en la ciudad badalonesa también su corazón se ha teñido de verdinegro puesto que su ahora marido es el delegado de la primera plantilla del Joventut.

La boda se celebró allí, por lo que fueron varios los autobuses que se desplazaron desde València. Familiares, amigos y la fallera mayor de su año, Rocío Gil, con el resto de las componentes de la corte, en la que ella transitaba por la tercera fila, junto a Noelia Ibáñez. Por allí andaban también Alicia Andrés (la primera del grupo de 2018 que se casó), María Urios, Marta Sahuquillo, Lucía Serrano, Laura Fabra, Silvia Vicent y Mireia Bazaga.

"Meri" apareció con un espectacular vestivo de Jorge Aparisi, de la tienda de la calle En Sanz -el traje se lo llevó la novia en un portatrajes desde València- y maquillada por Bel Domínguez.

La ceremonia tuvo lugar en la pàrroquia de Santa María de Badalona. El inicio de una celebración con muchos toques valencianos. El párroco hizo alusión en su parlamento a los sitios desde los que venían los invitados. De diferentes partes del mundo por parte del novio -la internacionalización del basket- y la parte de la novia: València y Bellreguard. Muy personalizado. Hizo referencia además "tapiç de murta i de roses fines" de la letra del himno de la Comunitat. Y la familia de Meritxell puso el resto con la pirotecnia: traca a la entrada, traca a la salida y "mascletà" en el convite, donde en la decoración también había alusiones en forma de naranjas y sacos de arroz.

Para el convite, los invitados se trasladaron a la masía de Mas Pujol, en Cabrera de Mar, con catering de Sauleda. Las flores y decoración eran de Carlota Segalà y Ventura Floristes, coordinador por Neus Cirera y el reportaje fotográfico de Nacho Pasaralles.

La vida continúa. Meritxell Soler fue una de las protagonistas en Levante-EMV del reportaje de falleras que, habiendo estado en lo más alto de la fiesta, dedicaron muchos meses de su vida a estar en primera fila de la lucha contra el Covid cuando no había casi nada para oponerle. A ella le tocó en el Hospital Clínico, aún en València. Ahora empieza una vida en la que las conversaciones en casa alternarán cardiopatías, lanzamientos a canasta y Fallas. Porque la siguiente es su hermana Ángela -no son gemelas, pero lo parecen- que es la fallera mayor de Joaquín Ballester para 2023. Pero, de momento, a Meritxell y a Adrià les esperan caminatas y aventuras en Perú.

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Boda de Beatriz Hernani (corte 2010) y Pepe Martínez Tamara García

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Fallas, Arte y Gastronomía en la boda de Esther Pascual (corte 2014) y Alfredo Argilés