Rubén Darío-Fray Luis Colomer, en su tranquilidad, no te deja indiferente y destaca en diferentes campos. Con fallas que tienen siempre su punto de originalidad, con la participación de su falleros y falleras en las tablas teatrales y de sus falleras, sólo ellas, en las pasarelas. Porque ha sido un vivero de cortesanas -se le resiste la figura de fallera mayor-. Once y una victoria de Victoria Colomina será la nueva baza para alcanzar la docenita.

Es maestra, recién graduada. Preparando oposiciones. «El año pasado no me presenté para centrarme en otras cosas. En las próximas sí». A la búsqueda de un colegio público. No era público, pero era colegio, el escenario en el que le mostraron las bondades de Rubén Darío. «Yo había sido fallera del barrio donde residía y donde me habían apuntado en casa cuando tenía dos años y donde hice mi primera Ofrenda: Ausias March-Na Robella. «Cuando tenía 14 años nos cambiamos de barrio, iba al Colegio del Pilar y las amigas que hice allí son las que me convencieron de cambiarme a esta falla». Que es la del barrio del colegio del Pilar. Antes ya había sido fallera mayor infantil de su anterior comisión «en el año 2010. Pero en esa ocasión me quedé en el río». Que quiere decir en la preselección.

No es una de las tres falleras de Algirós que se presentaron a la preselección del año pasado. «No porque como iba a continuar sí o sí, quería cerrarlo bien lo que es mi falla y, ahora sí, intentarlo». Atrás ha dejado eso: tres años de fallera mayor «que no me han cansado lo más mínimo. Mis amigas menos falleras me dicen si no me canso». Un reinado que ha acabado protagonizando un acto no habitual: un traslado de sede. «He vivido todo el proceso de cambio y el ritual de abandonar una y marcharnos a la otra. Muy emocionante».

No fue su único momento mediático: su falla mostró un ninot con el abrazo entre una sanitaria y un emigrante tras el salto masivo de la valla de Melilla. El abrazo de Luna y Abdou reflejado por el artista Víctor Navarro. «Vino el presidente de la Cruz Roja a conocer la escena. ¿A que era preciosa? No la indultamos porque un ninot debe ser quemado».