• Nerea Martínez Carpio
  • Falla Jesús Morante i Borràs-Caminot
  • 29 Años

El relato tiene su miga. Pasadas varias docenas de preseleccionadas, que Nerea Martínez diga que es Maestra de Primaria entra dentro casi de la norma. «Estoy interina. Este año he estado en Torrefiel, he estado haciendo una atención domiciliaria y luego en el colegio...». Ya lo hemos visto: un oficio de seguir, dar vueltas. «A la espera de la plaza, porque también soy opositora. Aunque estuve tres años en Segorbe en la concertada. El año que empecé de fallera mayor estaba allí». 

Paren un momento. Porque es en este momento donde el relato es de los que demuestran que hay veces que las ganas y la afición no tienen límite: «Salía a las once y media, que a lo mejor tenía libre antes de comer, me peinaba, me maquillaba y volvía a Segorbe y luego ya volvía a València para los actos que hubiera». Eso son más de cien kilómetros de ida y vuelta. «¿Como lo hacía? Comiendo rosquilletas durante el peinado. ¿No dicen que sarna con gusto no pica? Pues lo hice con mucho gusto y porque, llegado ese momento, lo expuse en el colegio y me dijeron que no había problema». Quizá si lo intentara ahora, con los precios del carburante, saldría la broma a precio de espolín.

Plantando y quemando la falla de Septiembre, en su habitual y peculiar emplazamiento de La Punta Falla La Punta

Plantando y quemando la falla de Septiembre, en su habitual y peculiar emplazamiento de La Punta Falla La Punta

Antes que a la falla llegó a La Punta. «Conocí el barrio a través de la pareja de mi madre por ser vecino de allí». Hasta entonces no había podido ser fallera... y tampoco allí había falla. «Yo quería ser fallera, pero con mis padres divorciados unas fiestas tocaban con uno, con otro.. no era fácil. Cuando ya tuve algo de independencia, con 18 años, ya me apunté». Y además, que ni adrede, había aparecido la falla a un par de pasos de la casa. «Justo entonces acababan de empezar, y tenía a algunos de esos amigos que ya conocía del barrio». Un verdadero curso de inmersión. «En mi primer año ya me ofrecieron entrar en la directiva. Me gusta mucho». 

Estuvo un tiempo viviendo en Tarragona, trabajando en Port Aventura, en el hotel El Paso. «A través de mi hermano, que ya estaba allí. Primero, en épocas de vacaciones. Después me ofrecieron la plaza fija. Pero sabiendo que cuando empezaran las oportunidades de maestra, ese era mi camino». 

Y al cabo de un tiempo, fallera mayor. «Hacía años que quería serlo, pero cuando pudiera depender de mí misma». Tres años ha estado en esa labor. 

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La foto oficial de las candidatas a Fallera Mayor de València 2023 (con nombre y comisión) Fotos: Armando Romero (JCF)

Seguimos en el sur. Con 29 años ya vive independiente con su pareja «al lado de casa de mis suegros, que siempre viene bien». En Pinedo.

Pero en casa tienen un ramalazo del norte: «mi madre es de Tavernes Blanques. Es la primera niña que nació en el barrio del Pito, el de las casas de ferroviarios». Y otro del oeste: «¿mi padre? de Aldaia». Su gran cita, sin embargo, es en Quatre Carreres, a un paseito de La Punta. 

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Las Fallas I+E, Experimentales, Innovadoras, Diferentes, Transgresoras Moisés Domínguez