• Paula Barat Rodríguez
  • Falla San Ignacio de Loyola-Jesús y María
  • 26 Años

Siempre se está a tiempo de dar un giro a la vida. Paula Barat lo puede tener el día 30 en la Fonteta. Pero el que tiene enfiladito es el personal y profesional, porque tras estudiar Negocios Internacionales y trabajar en una empresa de marketing «vi que mi vocación era la educación y he apostado por ello. He estudiado el Máster para Educación Secundaria de Economía y el siguiente listón son las oposiciones. Los conocimientos los tienes pero te falta la parte pedagógica, que es la que he hecho». Y sin oposiciones siempre tiene la opción de la enseñanza en privados y concertados: «a base de echar currículums».

Entre prueba y prueba, Paula ha protagonizado su acto de despedida como fallera mayor. Falla San Ignacio

¿Y cómo vienen esas revelaciones? «La empresa donde estaba hacía estudios de mercado, que una vez realizados los presentabas y explicabas a quien te habían contratado. Dabas «una clase» y les ayudabas a crecer. Al explicarlo me di cuenta que me encantaba, que es más activo, genera más implicación, ves los resultados, lo entendían, les dabas herramientas... esa mezcla de economía y enseñanza me ha gustado. Y además me ha hecho volver a València, porque estaba viviendo y trabajando en Barcelona, quería volver a casa y ser feliz».

Es de San Ignacio de Loyola -comisión que no transita en la corte desde 2010, cuando lo fue la vicepresidenta María Tomás- desde que nació. «Mis tíos, mis abuelos, mis padres, mi hermano... mi abuela me apuntó antes de nacer». Y puestos a nacer en julio «lo celebro el día 2, que esta vez fue el día de la preselección. Carmen me felicitó y fue un detalle muy emocionante. Que lo supera y que me lo dijera».

Lo coge con ganas (ha sido fallera mayor de año único) porque «no fui fallera mayor infantil. Cosas de la vida. Y quería ser fallera mayor». O sea, el último motivo para «hacer el proyecto de vida que quería, incluyendo volver a casa».

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Ha aprendido lo que es devoción por la fiesta cuando lo ve en casa con la ciudad adoptiva: «mi madre es de Pedro Muñoz, un pueblo de Ciudad Real, pero se vino con cuatro años». Buscaban oportunidades los abuelos, como tantos en aquellos años. «Y desde recién llegada le gustaron las Fallas y quería apuntarse». Ahí empezó todo. Y no ha acabado.

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Palco día 6. El regreso de las falleras de 2020 (y 2021) Moisés Domínguez / JCF