• Ana Mª Fernández Coronel
  • Falla Matías Perelló-Luis Santángel
  • 27 Años

"Recuerdo haberme subido a un Fama». O sea, a un coche de corte mayor. «La jornada acababa cerca de mi casa y me dejaron hacer ese recorrido con ellas». Una pequeña licencia al alcance de prácticamente nadie, pero que Ana Fernández Coronel pudo permitirse con nueve años de edad, porque su hermana María era, en ese momento, una de las falleras de la corte de 2008. «También pude subir al balcón del ayuntamiento. Bueno, al gallinero, que no es lo mismo, pero también está bien. Si, recuerdo cosas. Ahora que me han preseleccionado me viene mucho a la memoria aquel proceso» pero con una diferencia: «ahora me toca a mi». Si sale elegida podrá vivirlo en primera persona y con una notable diferencia de años, quince, entre una hermana y otra porque «nos llevamos trece». No le da para batir el récord de las hermanas Raquel y Marta Sahuquillo (17 años de diferencia entre una y otra -2001 y 2018-). «Nos llevamos años pero nuestra relación es muy estrecha. Casi me ha criado como si fuera su hija». 

Con María Requeni conforma el doblete de Matías Perelló-Luis Santángel en la Fonteta Falla M. Perelló

Los primeros pasos falleros los dio en Benimaclet, en Poeta Asins-Alegret-Puzol. «Pero cuando fui infantil se borró mi grupo y yo no quería estar sin Fallas. Me tiran demasiado». Es una de las repobladoras de Matías Perelló-Luis Santángel. «El grupo de amigos de mi hermana estaban buscando una falla por Russafa». Salió el tema «que hicisteis en Levante-EMV» de que esta comisión estaba a punto de disolverse. «Se pusieron en contacto con el presidente, Juan Ibáñez, se apuntaron en 2013 y yo ya fui detrás en 2014». Ahora forma parte de una comisión pujante, saludable, pero que no tiene representación en la corte desde hace 32 años. «Vivo por la Ciudad del Artista Fallero, pero tengo el trabajo en Doctor Sumsi y mi falla en Matías Perelló. Mi vida ahora está en Russafa». ¿Y es capaz de encontrar aparcamiento? «A veces hasta tengo suerte». 

El trabajo. «Me considero una persona muy afortunada». Porque forma parte del copioso elenco de preseleccionadas dedicadas a la educación infantil. «Pero llevo siete años trabajando ya en el mismo sitio. En Guppy 2, con niñas de dos años». Repite lo de la suerte: «al acabar el grado hice las prácticas en esa escuela y allí estoy todavía». En un mundo laboral con muchas aspirantes a puestos de trabajo -no hay más que ver la cantidad de educadoras y maestras que hay entre las 73 preseleccionadas- «debo considerarme afortunada». No descarta dar el salto a la carrera de Magisterio Infantil y Primaria. «Se puede hacer a distancia. No quiero dejar para nada donde estoy ahora, pero una siempre debe intentar sumar y mejorar». Sumar también es vivir doce meses en lo más alto de la fiesta.

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Galería de Falleras Ilustres en la Ofrenda de las Fallas 2021 Moisés Domínguez