• Sara Martínez Guillem
  • Falla Pedro Cabanes-Juan XXIII
  • 28 Años

Más allá de sus virtudes falleras, que deberá desentrañar el jurado, hay que reconocerle a Sara Martínez algo más que un punto de valentía personal. Es enfermera, pero coleccionando experiencias duras. «Ahora mismo estoy en el hospital Padre Jofre, que está dedicado a largas estancias, crónicos y paliativos. Te van llamando por la bolsa de Sanidad y en este caso, por ejemplo, es para cubrir una baja larga. Seguro que, por lo menos, cinco meses tengo por delante». No es un sitio fácil para nada. «Pero me gusta mucho. La enfermería es cuidar y acompañar al paciente y estar con ellos en esos momentos de su vida lo valoro mucho». 

Pero hay más. «Mis primeras prácticas fueron en oncología pediátrica, con 19 años. Me pregunté si serviría para eso. Al final ví que sí: lo que ves y lo que vives no te lo puedes llevar a casa, de acuerdo, y lo que tienes que hacer es estar lo mejor posible para poder cuidarlos». Y aún más. «En un futuro me gustaría hacer el máster en oncología».

 

Y ahora la cuestión fallera, que es más amable. «El año que nací pertenecía a la falla Marqués de Montortal-José Esteve porque mis padres vivían por allí, pero justo entonces cambiamos de vivienda para ir a parar a la zona de mi actual comisión. Con lo que soy de Pedro Cabanes-Juan XXIII toda mi vida menos un año». Es decir, prácticamente desde recién constituida la comisión. «Pon, por favor, lo agradecida que estoy a la comisión por cómo me han apoyado durante los años que he sido fallera mayor y cómo me han hecho vivir mis dos Fallas». 

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Las candidatas a falleras mayores de València, en la Batalla de Flores Moisés Domínguez

No se ha cansado de ser fallera mayor y lo de repetir ya lo traía de serie: «fui fallera mayor infantil dos años: en 2004 y 2005». Y en casa conocen lo que es la Fonteta «por mi hermana, que estuvo de infantil y de mayor. Y yo ahora de mayores». Una historia muy parecida a Ana María González, la preseleccionada de Avenida Ecuador. Vidas paralelas porque «ella y yo fuimos falleras mayores e infantiles juntas». Como en tantos casos, Sara decidió ser fallera mayor «porque lo decidimos por consenso y porque era un momento ya en el que económicamente me lo podía permitir. Era el momento perfecto... pero no pensábamos que fuera a pasar todo lo que pasó». 

Es jugadora de hockey hierba en el València Club de Hockey, allá en el polideportivo de Beteró. Y estarán pendientes de sus andanzas fonteteras en una pequeña aldea: «Góntar, que pertenece a Yeste. Todos los veranos voy allí». Pequeño, pequeño, de medio centenar de habitantes. «Hasta hace poco no había ni cobertura». Ahora sí que llegaría la noticia de que Sara sube a las alturas. 

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Las fotos premiadas en el concurso de la JCF y entrega de galardones