La nueva embajadora de la fiesta aporta un plus que, con el paso de los días, quedará diluido por la normalidad, pero que habría sido impensable no hace tanto tiempo atrás. Ahora afronta un ejercicio en el que una de sus misiones añadidas es la de, precisamente, hacer rutinaria su propia normalidad. Y vencer en más de una ocasión un cansancio que afrontará con su alma de deportista.

Aunque el suflé baje en un par de días, y aunque esté convencida de que aguantará todo lo que le venga, ¿qué cree que va a aportar su particularidad física?

Ojalá esta visibilidad sirva para dar pie a que futuras candidatas a fallera mayor de València puedan pensar: "¿Por qué yo no puedo alcanzar esa cima fallera?". Que no van a tener impedimentos. Si esto ayuda a esa visibilidad, por mi encantada. Es un compromiso con mis valores.

No le habría gustado recibir el cargo por eso.

Lo que más valoro es que a mi me han tratado como una más. Independientemente del resultado que hubiese sido, yo estaba feliz por sentirme una más. Tanto si me hubiesen elegido como si no.

La criticaron. Más o menos que la habían sacado en la Fonteta por aquello de su diversidad funcional.

Es que desde el minuto cero, incluso cuando pasé el sector, no entro en comentarios. Porque hablar, van a hablar. Tanto a favor como en contra. Lo mejor era y es mantenerme ajena a los comentarios y, al final, vivir el día a día. He recibido muchísimo apoyo y felicitaciones. Eso es lo importante. 

¿Pasó momentos malos de niña?

Si. Hubo una época que fue difícil. Pero, gracias a la vida, he estado muy bien rodeada y arropada. En el colegio estaba mi hermana, que era de las mayores y gracias a ella me sentí más segura.Pero si: hubo una época un poco más turbia en ese sentido. Ahora he madurado y gracias a la gente que me rodea he perdido inseguridades.

En el mundo de la natación, cada «tumble turn» es una incógnita: si en el siguiente largo va a lograr el éxito o el fracaso. Los suyos son cada vez mejores: con 25 años, trabajo, pareja, natacion, Fallas...

No lo mido por tiempos, sino por sueños cumplidos. Tengo ilusiones y se están consiguiendo. Da igual que sean a corto que a largo plazo. Si: tengo trabajo, pareja, el sueño de fallera. ¿Qué más puedo pedir? Sentirme afortunada de vivirlo tan joven. De verdad. Y quedan cosas por hacer. Por ejemplo, ser matrona. Y para eso hay que sacar primero la plaza fija de la oposición. Ya tengo otro largo por cumplir.

Laura, en su época de nadadora de alta competición

Su pareja también hace natación adaptada y con éxito.

Si: tiene diversidad funcional en el brazo, pero estoy orgullosa de él porque ha conseguido ir a los Juegos Paralímpicos de Tokio, cosa que yo no lo conseguí. Para entonces yo ya había priorizado las Fallas y el trabajo. Él sigue totamente implicado en la natación, aparte de que esté estudiando Ingeniería Eléctrica. Estoy muy contenta por él.

Vive con su madre en Valterna, su padre en Campanar, ahora necesita espacio.. (interrumpe el enunciado y lo acaba ella: «¿Cómo lo voy a gestionar?»)

Fácil, de verdad, gracias a la familia que tengo. Trabajamos en equipo y me guío por eso. Por ejemplo, hoy mi hermana se ha encargado de llevarme el traje a casa de mi padre, mientras hago estas entrevistas. Mi padre me lleva al peluquero, luego me recogen allí... pienso que, con organización, se puede. Imagino que a partir de marzo estaré ya más en casa de mi padre, pero de momento, simplmente yendo y viniendo. Y una y otro están prejubilados. Sé que puedo contar con ellos.

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Cómo ha vivido Laura Mengó Hernández su elección como Fallera Mayor de València Germán Caballero

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Guionizado no habría sido mejor: su puesta de largo en un acto público será el viernes, en la Festa per a Tots, recibida por el presidente de la Federación de Especial. O sea, papá.

Parece mentira pero en una de las pruebas de jurado, que eran los discursos, a mi me tocó la inauguración de la "Festa per a Tots". Con lo que lo tengo bastante adelantado.