El "tro de bac" dispara su venta y augura su salida del peligro de extinción

Pirotecnia del Mediterráneo ha más que duplicado su producción y tampoco dejan de crecer las peticiones para hacer el cursillo CRE

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

En las Fallas existen los milagros o, por lo menos, lo parece. El peligro de extinción del "tro de bac" es una cuestión que lleva ya en el mercado justamente ahora 30 años, cuando una normativa ministerial prohibía su fabricación por la metodología y los componentes de la misma.

Durante décadas, el artificio pirotécnico fue perdiendo adeptos. En su momento de esplendor se vendía en cualquier quiosco en diferentes formatos y se lanzaba al suelo en prácticamente cualquier momento del día, no sólo en la "despertà". Pero a primeros de los noventa llegó la nueva legislación que primero prohibía, luego limitaba y después permitía su fabricacion con límites -durante años se estuvo viviendo de conseguir una moratoria anual para seguir produciéndolo, petardos ilegales aparte- . Sustitutivos como los "rascadores" no convencían y tanto el uso iimitado del "masclet" (cuando más potente, mejor) como la creciente nocturnidad de la fiesta aún lo empeoró. Ni siquiera la creación de la "Macrodespertà" hizo alzar el vuelo inmediatamente. Es un caso curioso: sólo después de muchos años desde que la JCF organizó el festejo es cuando ha cogido velocidad de crucero. Y ello, a pesar de la nueva normativa, que obliga a los usuarios a pasar un cursillo CRE.

Lo cierto es que, con la vuelta a la normalidad sanitaria, hay datos que invitan al optimismo, esos que buscan que, definitivamente, el "tro de bac" se ponga de moda. La pirotecnia del Mediterráneo ha más que duplicado su producción para las Fallas de este año, a pesar de haber cerrado pedidos en diciembre. "Pasamos de 10.000 a 4.500 cajas" asegura Antonio García, gerente de la firma. "El año pasado activamos cuando conseguimos la licitación para la Macrodespertà, pero no dio tiempo a todo lo que, en un momento, teníamos como pedido. Este año, con todo el ejercicio por delante, la verdad es que el resultado no ha podido ser mejor". Es verdad que la empresa de Vilamarxant se incorporó a un mercado de fabricación que tan sólo tenía hasta entonces Zarzoso (el resto de pirotecnias fueron abandonando el negocio por su escasa rentabilidad) y que una parte del pastel simplemente se ha trasvasado.

Pero las sensaciones van más allá. "Es imposible negar que el "tro de bac" está creciendo exponencialmente y eso es una muy buena noticia. No sólo por lo que conocemos de que, por ejemplo, Mediterráneo haya aumentado su producción. Es que lo vemos con los cursos. Cada año son más y, de hecho, todavía a estas alturas se están organizando para tratar de tener autorizaciones para este mismo año" asegura el delegado de pirotecnia, Víctor Arroyo.

Una de las razones para el crecimiento es el desdoble del acto: el fin de semana de la Crida se celebra el acto municipal. Pero al siguiente lo hacen las Agrupaciones en matinales de sábado o domingo. Y cada vez son más las que se incorporan. Y todo ello, a pesar de que no es un producto especialmente rentable. Es laborioso de hacer y tiene un mercado limitado: las Fallas y alguna manifestación puntual, como la procesión en la población granadina de Cúllar Vega -donde hasta tiene una estatua-. Con todo, el "tro de bac" es uno de los elementos que no puede morir: su carácter estrictamente fallero lo convierte en uno de los elementos a proteger por la condición de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.