El "cadafal" de la Ofrenda llega en un estado que pide una reforma a gritos

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

La plaza de la Virgen ya luce uno de los elementos del paisaje urbano de Fallas más reconocible: el "cadafal" con la imagen de la Virgen de los Desamparados que, durante las jornadas del 17 y 18 de marzo, irá recogiendo las flores de docenas de miles de falleras, con los que se confeccionará el manto floral, un auténtico icono de la fiesta y el único que pervive durante unos días a la finalización de la misma.

Sin embargo llega con polémica. Porque si ya el año pasado el artista fallero Sergio Carrero, responsable del montaje y desmontaje del mismo, alertaba que se encontraba en mal estado, ahora no sólo vuelve a incidir en ello, sino que asegura que va a peor. En los elementos visibles y en los estructurales "que son, para mi, los más preocupantes".

La parte escultórica no hace falta que la denuncie porque salta a la vista: la Virgen y el niño y la azucena muestran evidentes síntomas de ese deterioro. "Y aún fue mayor porque, por ejemplo, a la Virgen le hemos unido dedos que estaban totalmente rotos". Como el jugador de baloncesto que lleva esparadrapo. El faldón del niño Jesús está totalmente desprendido, como si hubiese pasado por un traslado y basta con elevar la mirada para contemplar que la base interior "está en muy mal estado". Carrero considera que hace falta una reforma integral escultórica. "Se pueden salvar y remoldear los elementos, pero a al vez incorporarle materiales mucho más ligeros que los que se utilizaban cuando se hizo (hace 40 años). Por ejemplo, la aureola sirve, la corona sirve, la mascarilla de la Virgen sirve, pero el niño pesa mucho. Dentro lo que tiene es chapa y pasta de poliester. Si le haces un molde y le haces fibra de vidrio y estructura de hierro, te dura toda la vida".

"Hace falta una estructura nueva"

Pero el artista insiste en que "estamos hablando de un problema de seguridad" en relación a la estructura interna de la parte superior del armazón. La sección inferior no tiene problema "porque ya se le hizo hace diez años un armazón de hierro. Eso puede durar toda la vida, tan sólo cambiar algunos palos cada año". Pero de cintura hacia arriba es la misma trama que desde el primer día "aunque se le puso ya una torre central". Considera Carrero que "más que remiendos, lo que habría que hacer es una estructura totalmente nueva. El pasado mes de enero me preguntaron si podía hacerle una reforma, pero eso era imposible teniendo fallas en el taller". Una reforma integral podría estar por los cien mil euros "pero creo que no debería ser un problema de dinero". Desde el año pasado, los Vestidores llevan arneses y una línea de vida les protege, "pero creo que es innecesario trabajar en estas condiciones cuando se podrían mejorar".