El impulso Armiñana corona a Espartero

La última victoria fue en 1991 con Julio Monterrubio y ayer ganaron dos discípulos del ya jubilado artista

Master Che ocupa casi 
toda la demarcación
de Espartero.

Master Che ocupa casi toda la demarcación de Espartero. / MOISÉS DOMÍNGUEZ. VALÈNCIA

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

La Primera A encumbra a Espartero-Ramón y Cajal un día después de sufrir una decepción monumental en la Especial Infantil. Aunque iban con el máximo presupuesto en las dos categorías, seguro que había más ilusiones puestas en la original propuesta infantil. Y, de hecho, había perdido protagonismo por un intangible tan importante como es el tamaño. Sin embargo, la propuesta gastronómico-fallera de Salva Banyuls y Néstor Ruiz, reforzada con el patrocinio de Juan Armiñana, les ha llevado a la victoria por delante de Quart-Palomar y Grabador Esteve. También es la primera vez que Salva Banyuls y Néstor Ruiz consiguen la victoria, tras numerosos segundos premios.

1991: el año que cambió todo

Pero es un triunfo con mucha historia. Hay que remontarse al año 1991 para ver la última victoria de Espartero en Primera A. En aquella ocasión lo hicieron con un taller que había estado desaparecido durante años, un semidesconocido llamado Julio Monterrubio que, desde esa demarcación y en compañía de su hijo, pondrían patas arriba la plástica fallera, acabando con los modelos clásicos que habían pervivido durante décadas.

Y ahora, los que han recuperado ese primer premio son dos artistas que han bebido de las fuentes de Monterrubio durante años. Algo que también les ha supuesto algún que otro comentario peyorativo. En esta ocasión han puesto sobre la mesa el preciosismo en el trabajo (otras veces han tirado líneas altísimas y delgasímas, como en San Marcelino) y además a la fuerza: en Espartero no se pueden hacer fallas mucho más grandes.

Sorpresa, también relacionada con los tamaños, el bajísimo décimo puesto de Periodista Azzati, cuando se había catapultado incluso a la pelea por el primer premio.

Entre las notas destacadas figura también el castigo a Telefónica, con un décimo tercer puesto o la cada vez mayor solidez del binomio Paco Torres y Quart-Palomar, un segundo premio que, sin duda, al artista le duele mucho menos que el del Pilar.