30 años en el mismo lugar de la mascletà: "No cambiamos la primera fila por ningún balcón"

Detrás de las vallas que separan al público de la jaula en la que se dispara cada día la mascletà, se esconden miles de historias. Algunas de ellas son invisibles, pero otras se pueden encontrar a simple vista.

Las propias vallas que determinan el perímetro de seguridad se han convertido en una especie de altar improvisado en el que algunos asistentes cuelgan sus carteles. A modo de ejemplo, los propios miembros de la pirotecnia Aitana habían colocado una cartulina cerca del ayuntamiento en la que enviaban ánimos a su socia Isabel Benavent, que no había podido acudir al disparo por motivos personales. "Va per tu, Isabel" se podía leer en la valla junto a varios compañeros que vestían una camiseta con una frase similar.

Al lado opuesto de la plaza se escondía otro cartel con una llamativa foto acompañada de la palabra "mascleteros". Detrás de la valla estaban los protagonistas de la imagen, aunque unos años despúes.

"Llevamos 30 años reuniéndonos en el mismo sitio", explica el grupo de presentes, que, tras tantos años compartiendo horas en el mismo lugar, se han convertido en un grupo de amigos. Todos proceden de varios puntos de la provincia de València e, incluso, uno de ellos es vecino de Londres. "Vivo en Londres, pero tengo un apartamento aquí y vengo cuando son fiestas. Me encantan las Fallas", recalca.

La plaza palpita con el 'Corazón de València'

Sobre las nueve de la mañana se reúnen en el mismo lugar. "Quien acude primero, nos guarda el sitio al resto", recalcan. Añaden que la espera merece la pena por vivir la mascletà en primera fila. Por eso, en sus palabras, "no cambiamos la primera fila por ningún balcón, aunque nos paguen".

Sin embargo, la amistad va más allá del mes de marzo, ya que, al menos una vez al año, se reúnen para comer juntos y compartir sus vivencias. "Son muchos años juntos ya", concluyen.