«Se lo está pasando que no veas. Tanto estos días como durante todo el ejercicio. En la falla, con las falleras mayores de la Agrupación. Y también nosotras». Llegará un día que no será noticia -como la primera ofrenda de un fallero mayor, también materializada ayer-, pero casos como el de Sofía Rodríguez Hernández sirve para ejemplificar y normalizar. En este caso, algo tan extendido ya como las familias homoparentales. Sofía es hija de ambas, aunque la gestara Victoria. Y poco después de nacer, todas ellas se incorporaban a la comisión de Cuba-Denia, una de las de mayor solera de la Russafa fallera.
Este año es su año. Fue elegida por votación el pasado año y disfruta de su ejercicio fallero. «Nos apuntamos las dos y ella está muy integrada. Nunca ha tenido problemas ni en la falla ni en el colegio», asegura Eugenia. Ayer las madres iban con los papeles repartidos: Victoria, de valenciana, en el cortejo. Euge, cámara en ristre, de fotógrafa de la falla para inmortalizarlo todo
Hasta le pone humor con una verdad absoluta de la falla Cuba-Denia. «Esta es la falla de El Titi y hay más parejas en la comisión, aunque nosotras somos la única de chicas».
Ayer, las tres fueron las falleras más felices de una comisión mucho más que centenaria.