La Comisión Áutonómica de las Fallas nace con todo por hacer

La Consellería de Cultura promueve la unión de todas las fuerzas vivas de la fiesta para establecer las medidas que fomenten y protejan la fiesta

Representantes de municipios y entidades oficiales y falleras, en la foto de presentación

Representantes de municipios y entidades oficiales y falleras, en la foto de presentación / M. Domínguez

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Participación, Coordinación y Protección de la fiestas, para proponer acciones por parte de federaciones y juntas, gremios y demás entidades para difundir, proteger y promover la fiesta y asesorar a la Generalitat para esa misma vinculación. Debatir planes y medidas, organizar reuniones de coordinación para cumplir objetivos, grupos de trabajo, reuniones informativas y fortalecer la relación con entidades que plantan falla fuera de la Comunitat

Todo eso quiere ser la Comisión Autonómica de las Fallas. Es decir, una batería de buenas intenciones, todas ellas merecidas y dignas de fomentarse, que de nada servirá si no pasa de eso: intenciones escritas sobre el papel. Algo parecido a lo que ha pasado, hasta ahora, con la comisión municipal de la Unesco, que languidece a la espera de mostrar su verdadera utilidad más allá de los decálogos de "buenas prácticas" dadas a conocer cuando daba sus primeros pasos. 

La comisión puede hacerlo absolutamente todo, si hay ideas, voluntad y medios para ello. Ahora falta, efectivamente, ponerlo en marcha de verdad. La consellera de Cultura Raquel Tamarit, como cabeza del proyecto, hablaba de "una deuda que tiene la administración con la fiesta de las Fallas, que ha tenido que crear sus propios espacios, formales e informales, por su cuenta, que no ha tenido el espacio de coordinación autonómico que la promueva e impulse. Es el camino que cientos de falleras y falleros han hecho durante años, que seguirán haciendo, pero que ahora contará con el apoyo institucional de una entidad que cree en un movimiento social y cultural como no hay otro en el mundo". 

Hay que tener claro que cualquier iniciativa ha de ser sumamente global, puesto que cada municipio tiene su idiosincrasia a la hora de celebrar las Fallas. Pero no por ello dejan de tener problemas e inquietudes comunes. En ese sentido, centrarlo en las Fallas permite pensar que podría tener más éxito que un Consell de Festes Tradicionals también impulsado por la Generalitat, que tiene más diferencias entre sí, aparentemente.

Triunfar o fracasar

¿Cómo será un fracaso? Si la comisión cae en la abulia y no se pone de acuerdo en hacer nada o, directamente, no se convoca (como la comisión municipal de la Unesco, que lleva casi dos años parada). ¿Cómo será una decepción? Si se limita a tomar las atribuciones de la delegación de Juntas Locales: organizar una gala anual, un maratón de truc o un concurso de "play back". ¿Cómo será un éxito? Si permite unificar la fuerza de toda la sociedad fallera para, por ejemplo, impulsar la Ley de Mecenazgo (todo aquel que invierta en Fallas, como es Patrimonio de la Humanidad, desgrava), conseguir una verdadera gestión de la fabricación del "Corcho Blanco Ecológico", conseguir legislaciones para obtener ventajas fiscales para los artistas falleros... 

La presidencia de la Comisión la asumirá la persona que dirija la Conselleria de Cultura, en este caso la consellera Raquel Tamarit. Otros miembros de la Generalitat que se proponen son: la persona titular de la dirección general competente en materia de patrimonio cultural, comercio y artesanía, turismo, política lingüística, relaciones con los centros valencianos en el exterior y participación ciudadana.

También se propone como miembros de la Comisión la designación de una persona en nombre de las universidades públicas valencianas, Federación Valenciana de Municipios y Provincias, de la Acadèmia Valenciana de la Llengua y del Consell Valencià de Cultura, Federación de Gremios de Artistas Falleros y ‘Foguerers’, Federación de Sociedades Musicales, Gremio de Sastres y Modistas, Asociación de Fabricantes Pirotécnicos, Asociación de Estudios Falleros, Red de Museos Falleros, de la Federación de Folclore y de la Federación Federació Valenciana de Dolçainers i Tabaleters.

Así mismo, habría dos personas en representación de la Junta Central Fallera (una de ellas será de la Interagrupación), una persona de cada municipio fallero donde las Fallas son BIC y cinco representantes de las juntas locales falleras o federaciones de Fallas que no queden representadas en las dos primeras opciones.

La iniciativa tendrá "por primera vez en la historia de una partida presupuestaria para actividades de carácter autonómico, sean premios, con cursos, certámenes.... lo que se ocurra". Una dotación que, de momento, no pasa de ser simbóliica: para 2023 será de 70.000 "y deberá ir adaptándose a lo largo de los años a las necesidades de lo que se quiera organizar o crear". 

El decreto que inicia el camino de la tramitación "se ha hecho de forma discreta, pero no por elo ha dejado de ser participado por personas de amplio conocimiento. Hoy mismo se enviará el borrador y se abrirá el término para escuchar propuestas y sensibilidades". 

Aseguró el concejal de Cultura Festiva de València, Pere Fuset, que era un día histórico "porque se atiende una revindicación histórica de la JCF. Es de justicia que se reconozca que las Fallas no sólo es una realidad de la ciudad de València, sino de toda la identidad valenciana dentro y fuera de nuestras fronteras. Era un hueco por llenar: un órgano autonómico que englobe la realidad fallera, y que el foco se ponga en el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. No como un motor de suciedad e incomodidades. Hay realidades que están ahí, pero el centro de la fiesta es el ser motor social y cultural. Social por los falleros y falleras que lo haxcen posible y cultural por todas esas partes que lo componen: la falla, los artistas, los pirotécnicos, la música, la poesía...". 

"A trabajar, que tenemos mucho por hacer" cerró el edil. Ese "hacer" es el que trazará el éxito o la atonía de la iniciativa. 

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