Las Fallas aprueban cambios en la elección de falleras mayores, pero no que hablen valenciano

La asamblea da el visto bueno a la "reforma blanda", aunque rechaza una elección parcial de candidatas por sorteo

La asamblea votó masivamente a favor y en contra de propuestas

La asamblea votó masivamente a favor y en contra de propuestas / JCF

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

El concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, terminó la legislatura al frente de la Junta Central Fallera -a la espera de lo que ocurra en las urnas el próximo domingo- con una, posiblemente, sorpresa para él: ganar varias votaciones de una propuesta consensuada para pulir el proceso de elección de las falleras mayores de València y cortes de honor. Unos cambios que tienen más de intención que de resultado, pero que mostraron, esta vez sí, que la asamblea aboga por aplicar algunos cambios. 

Se aprobó primero la llamada "propuesta troncal"; es decir, la "reforma blanda", por amplia mayoría. A pesar de reticencias, que llegaron incluso desde el ex secretario general de la JCF y miembro del Consell Rector por el PP, José Luis Vaello, quien intentó paralizar el proceso. También hubo ramalazos sobre la posibilidad de dilatarlo al próximo año. 

Pero no fue así: había ganas de ponerle un poco de chapa y pintura a un proceso tan altamente sensible y se consiguío con abrumadoras mayorías. 

Fuset y su directiva presidieron la última asamblea antes de las elecciones municipales

Fuset y su directiva presidieron la última asamblea antes de las elecciones municipales / JCF

Las novedades

¿Qué aporta nuevo la "troncal"? Que los jurados de la segunda y tercera fase (Fonteta y "Telefonada") se abrirán un poco más que en los últimos años, incluyendo falleros de base (entre los 4 que votará la asamblea) y que de los tres que elige el presidente de la JCF no haya tanto encorsetamiento -una fallera mayor, una componente de corte pretéritas y un "verso libre"-, desapareciendo la obligatoriedad de que haya dos falleras, dando la opción a personas vinculadas con ramas como la psicología, la pedagogía o similar. 

De entre las enmiendas se aprobaron también dos: que en el proceso de Fonteta y elección de fallera mayor haya un interventor. Una especie de testigo sin voz ni voto en las pruebas y deliberaciones.

También se especifica una promesa de, al estilo Consejo de Ministros, guardar y hacer guardar el secreto de las deliberaciones, y dar un trato digno a las candidatas.

Y por otra parte, la "incompatibilidad cruzada": no se podrá ser jurado si hay una fallera en cualquiera de los dos procesos. Dicho de otra forma: si alguien quiere ser jurado de mayores pero hay una preseleccionada de su comisión en la modalidad infantil, tampoco se puede ser jurado. Para evitar la tentación del "intercambio de cromos"

No al bombo

Las propuestas más audaces fueron rechazadas, algo que, por otra parte, era previsible: privar a la asamblea de que eligiera sus cuatro jurados era pedir demasiado y no era del todo razonable. 

Y también se rechazó incluir un sorteo para elegir a la corte de honor. Dicho de otra forma, que el jurado eligiera 30 de 73 preseleccionadas, que el bombo las dejara en 13 y que nuevamente el jurado eligiera uno. Incluir el componente de azar 

Si se rechazó en infantiles por amplia mayoría (117 a 54), era de esperar que en mayores hubiera aún más diferencia en contra, como así fue. Aún parecen demasiados los 45 votos a favor. 

Y no... a que el valenciano sea indispensable

Pero aún quedaba una sorpresa: se rechazó por esa misma amplia mayoría que hablar valenciano sea un requisito básico para elegir a las 13 y 13 falleras. Fue una propuesta que se incorporó a última hora a peticion de la presidenta de la falla Remonta, Mari Carmen Gurrea -que, de hecho, la había presentado en tiempo y forma, pero se había quedado por el camino de la burocracia de la JCF-. Era una vaguedad en sí misma -no se reclamaba una titulación o nivel en concreto- pero que, según razonó Gurrea, "es que luego queremos que lo hable y criticamos si no lo hace o lo hace mal".  Las Fallas, garantes de la cultura y la tradición valenciana, dejaron pues el tema al albur del criterio de los jurados, pero no como condición indispensable.

La bendición al sistema de "mesa de trabajo"

Fuset no ocultó su satisfacción no ya por la reforma en sí, sino porque supone avalar con resultados una fórmula que siempre ha querido poner en práctica: mesas de trabajo para plantear soluciones a problemas, más dinámicas que la asamblea y que ésta sea quien tome las decisiones. En esta reunión hubo ramalazos de aplazar el problema al futuro, como casi siempre, pero finalmente la asamblea votó y lo hizo con toda suerte de criterios. 

Y sin abstenciones masivas

Otro aspecto, cuanto menos interesante, es que, tratándose de un tema, por lo menos, sensible, no siguió la dinámica de otras ocasiones: la de una masiva abstención. Aquí se votó a favor o en contra masivamente, dejando la indecisión en cifras escasas. 

Quejas con la inspección de limpieza

La asamblea también tuvo su habitual contrasentido: varias fallas expresaron su queja por las sanciones sufridas por parte de los inspectores de limpieza y que consideran injustas. Hora y media antes, el concejal había recordado que se habían enviado a las comisiones una serie de fichas para expresar sugernecias, quejas y alegaciones para tratar de trabajarlas durante el año.