El informe de la UPV sólo permite sacar a la calle dos Rocas del Corpus

El análisis del los ejes de tracción concluye que seguridad de los carros y del público estaría comprometida

Los trabajos han permitido recuperar restos de barro de la Riada que permanecían todavía en el interior de la estructura

El informe de la UPV sólo permite sacar a la calle dos Rocas del Corpus

F. Bustamante / V. Rodríoguez / A. Iranzo

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

La festividad del Corpus podrá contar con la participación de dos de sus Rocas, la de la Virgen y la del Santo Cáliz. El resto no puede salir porque está comprometida su estabilidad. "Se concluye que el tránsito de estas Rocas compromete su conservación como bienes culturales y supone un riesgo inasumible para la seguridad de terceros en caso de circular por la vía pública".

Esas son las conclusiones del estudio del Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universitat Politècnica sobre el resto de los carros, para los que recomienda una restauración integran de todos sus sistemas de tracción, salvo de estos dos últimos, que son los de más reciente construcción. Así se ha comunicado además a Amics del Corpus. Estas dos Rocas saldrán a la calle, quedarán expuestas en la Plaza de la Virgen desde el viernes por la tarde y podrán salir en procesión porque, en ambos casos, los informes son favorables plenamente. Pero para el resto se desaconseja al estar comprometido tanto el propio movimiento de tracción de los mismos como la seguridad de quienes estarían alrededor.

El informe ha puesto en evidencia que toda la parte inferior de los carros no ha sido revisado o restaurado a lo largo de las décadas y que ha llegado un momento en el que tienen que cambiarse completamente. El informe saca a la luz la acumulación de remiendos que se fueron haciendo con el paso de las décadas. Más aún, ni siquiera en la gran restauración de 1959, con la que se reconstruyeron tras los estragos de la Riada, se actuó seriamente en los ejes ni tampoco en los ochenta, del pasado siglo, cuando permanecieron guardadas en las Atarazanas mientras se llevaba a cabo una reforma de la Casa de las Rocas.

Restos de la Riada

De hecho, en los análisis llevados a cabo ahora se han extraído vestigios de barro y cañas que permanecían incrustados en la estructura inferior, procedentes de la Riada de 1957. A esto hay que añadir el deterioro imparable de la madera y el hecho de que lo único que se ha hecho, a lo largo de las décadas, es ir añadiendo remiendos. El informe muestra incluso clavos -los utilizados para unir la parte de tracción con el chasis- desprendidos de la madera y desplazando incluso algunas chapas de metal que se habían utilizado tiempo atrás como medida de aliño. "se ha detectado estructura interna parcheada y reforzada con la utilización de sistemas y materiales poco rigurosos, que no garantizan la estabilidad del conjunto".

La Roca del Patriarca no podrá salir pero su arreglo es menos invasivo

La Roca del Patriarca no podrá salir pero su arreglo es menos invasivo

Malas prácticas a lo largo de las décadas

Al deterioro han contribuido las malas prácticas, como el "tiro y arrastre" que se hacía durante décadas en la subida del Palau o el propio daño que supuso la pandemia, que dejó las Rocas, que no dejan de ser vehículos, sin rodaje durante tres años, en un lugar, la Casa de las Rocas, que se ha restaurado en varias ocasiones pero que, por sus especiales características y ubicación en la ciudad, siempre es susceptible de albergar humedad e insectos xilófagos. 

El análisis derivó en situaciones tan significativas como que, al hacer las pruebas a una de ellas, el eje se desplazó, quedando literalmente atravesada en la calle. Dicho de otra forma, inmovilizada, como si se le hubiese roto la rodilla. 

La consecuencia inmediata es que ahora ya hay una herramienta que deja en evidencia que las Rocas, que sí que se habían restaurado en la parte superior, la artística, van a precisar a partir de ahora una restauración que será larga y costosa. Lo normal es aventurar que se irán arreglando parcialmente y que sólo con el paso de los años podrá disponerse nuevamente de las once en condiciones de salir. 

Dos de ellas son más sencillas de arreglar

De las nueve que se quedan en cocheras, el informe asegura que dos de ellas, Patriarca y València, precisan de un arreglo más "blando", con lo que incluso de cara al próximo año podrían estar disponibles si se acomete la restauración. A partir de ahí llegan las "históricas", las que tienen muchos más años que estas últimas, para las que hará falta una labor de mejora mucho más amplia, que podría o debería incluir unos ejes ya de metal o de metal forrado con madera, para garantizar que los deterioros -no dejan de ser carros de madera- no sigan produciéndose. 

En este este escenario, los visitantes podrán contemplar durante la víspera del Corpus los dos carros más recientes en el tiempo y todo el bestiario y elementos simbólicos, mientras que la Casa de las Rocas permanecerá abierta a la curiosidad general para poder contemplar todo el resto de obras. Las Rocas se han sometido a un proceso de restauración durante los últimos años, en lo tocante a la parte artística. Pero durante generaciones ha quedado como asignatura pendiente no ya restaurar, sino comprobar la estabilidad de su tracción. Nunca "pasaba nada" y las rocas procesionaban. El parón de la pandemia ha sido, en ese sentido, más letal aún para un material que estaba ya de por sí cubierto de "chapucillas" acumuladas durante décadas y el traslado de algunas de ellas a la Estación del Norte fue lo que hizo saltar las alarmas: era la primera vez que salían desde la pandemia y los ruidos que hacían -fueron un par de ellas- llevó a Cultura Festiva a convocar concurso para la elaboración del informe.

El informe, con unas fotografías demoledoras e incluso con sumulaciones en maqueta de cómo son los ejes de tracción, fue mostrado a Amics del Corpus, que había pedido que las Rocas salieran a la plaza, aunque no estuvieran en la procesión. La respuesta del informe es contundente en ese sentido: los carros pueden malograrse.  "Se recomienda elaborar un plan para la restauración y conservación preventiva de las Rocas, que permita devolverles la resistencia y la estabilidad necesarias para garantizar su seguridad, salvaguardando así su función como bienes culturales".