¿Por qué este año hay una candidata más en la Fonteta?
Una curiosa coincidencia de aprobación de comisiones nuevas ha propiciado que ahora sean 74 las finalistas
El proceso de elección ha dado a lo largo de los últimos años otras curiosidades por la relación de las candidatas con sus fallas

Las seis candidatas de Poblats al Sud, dos mas que hasta ahora. / Moisés Domínguez

La elección de fallera mayor de València ha llegado en su edición de 2024-2025 con una nueva invitada. En esta ocasión no han sido las ya clásicas 73 preseleccionadas, sino 74. Aunque, en la práctica, en mayores hayan acabado siendo 73 por la renuncia de una de ellas, lo cierto es que, mientras no cambie el procedimiento, hay una nueva invitada a la fiesta. Pero esto se ha debido a una circunstancia, cuanto menos, insólita en el transcurrir del ejercicio fallero.
Un sector, Poblats al Sud, que hasta ahora solo podía elegir a dos de sus falleras, se ha encontrado con la posibilidad de tener una más de forma casi inesperada. Tan inesperada como que alguna de las elegidas reconocía que prácticamente se enteraron el mismo día de la preselección de que había un "billete" más para el viaje.
Y esto se ha producido, todo sea dicho, ateniéndose plenamente al reglamento. Una situación insólita que se suma a algunas de las curiosidades que se han dado en los últimos años por motivos parecidos.
La historia es la siguiente: durante la primavera, el pleno y la asamblea de presidentes aprobaron la constitución de dos nuevas comisiones de falla: la de Moreras y la de Turianova. Ambas han sido adscritas al sector Poblats al Sud -la primera es lógico, pues está en la zona de La Punta; la segunda podría haber sido inscrita en Quatre Carreres, sector por otra parte ya muy masificado-.
Ya pueden elegir tres
El caso es que, con estas dos comisiones, el sector supera la barrera de número de comisiones que pueden elegir tres candidatas. Una mano las que le han echado dos comisiones cuando están literalmente dando sus primeros pasos.
Y ojo al dato: han podido tener una candidata más porque la aprobación se produce antes de la preselección. Es verdad que, por definición, las Fallas de Nueva Creación se aprueban antes del verano. Pero... no siempre ocurre así. Cualquier retraso en el procedimiento puede dilatar la decisión. Por ejemplo: en 2022 no se aprobaron las nuevas comisiones hasta octubre. Si hubiese ocurrido ahora lo mismo, Poblats sólo habría dispuesto de dos preseleccionadas.
Otro ejemplo no menos ilustrativo: en 2016 se aprobó la comisión de Montesa-Doctor Marañón. Con su incorporación a la Creu Coberta, a ese sector le pasaba lo mismo que ahora a Poblats: ya podían elegir tres preseleccionadas. Pero esta aprobación también fue después del verano, en septiembre. Con lo que, en las preselecciones de ese año, el sector sólo pudo elegir dos y fue en julio del año siguiente cuando ya sumó una más.
Pero las nuevas... no pueden tener candidata este año
Pero la paradoja es mayor e igualmente reglamentaria: el sector puede elegir tres candidatas, pero estas dos comisiones no podían tener (y no tuvieron) candidata en la preselección.
¿Por qué? Por una cláusula del proceso de elección: para poder optar, una fallera ha de estar censada en una misma comisión dos ejercicios. Y, lógicamente, todas las falleras de estas dos nuevas comisiones están censadas exclusivamente un año: el que acaba de empezar.
Por consiguiente, tanto Moreres como Turianova no pueden haber empezado con mejor pie con sus convencinos: haciéndoles un favor.
Este año, Poblats al Sud estará representado en la Fonteta por candidatas de Virgen de Lepanto -por partida doble-, Forn d'Alcedo, Hellín-Pedro de Luna, El Palmar y Tres Camins-Pinedo.
Preseleccionada en una falla recién nacida
Ahora echemos la vista atrás y pensemos en lo contrario. ¿Se ha dado la circunstancia de que una comisión recién creada haya presentado candidata, sin ni siquiera haber plantado falla? Pues sí. Antes de que se estableciera la "cláusula de los dos años". Anteriormente bastaba con estar apuntada en el ejercicio en curso. Y en ese contexto nos trasladaríamos a las preselecciones de 2003-2004 para ver el caso más curioso.
Esa primavera (como queda dicho, las comisiones de nueva creación se examinan casi siempre en primavera) se aprobó la comisión de Els Somnis (La Canal de Navarrés-La Vall d'Albaida). Inmediatamente después venían las preselecciones. Y las falleras, como ya estaban censadas "un ejercicio", podían participar en la preselección de pleno derecho. Y ese año, en la preselección de Campanar, salió elegida, por esta comisión, la niña Belén Clemente. La cual llegó a la fase final de Fonteta -en este caso, de Velódromo-. La comisión estaba dando sus primeros pasos y ni siquiera había plantado todavía su primera falla. Pero ella, de pleno derecho, ya pudo optar a la corte.

Concentración fallera en la Plaza del Ayuntamiento con las candidatas a FMV2025 /
Descartadas por disolución
¿Y puede pasar lo contrario; es decir, dejar de participar? Pues también ha ocurrido. Y este caso fue verdaderamente traumático, pero nuevamente se aplicó el reglamento.
Aquí hay que ir al verano de 2015 y el conflicto se lo encontró Pere Fuset como concejal "nuevo a estrenar". En su segundo pleno, en julio, se encontró con una resolución de Incidencias: se "condenaba" a la comisión Ciudad Ros Casares a disolverse por no cumplir los requisitos en el segundo año de existencia.
Quiso la fatalidad que la comisión no sólo tuviera candidatas, sino que ese mismo día, a esa misma hora, y apenas un par de cientos de metros, estaban ensayando la preselección. Hubo que acercarse para comunicar que el sueño acababa antes de tiempo. ¿Por qué? Porque, reglamento en la mano, una candidata representa a una comisión. Y si ésta desaparece, no hay candidata. No existe la condición de, como en el caso de los Juegos Olímpicos, un equipo de "refugiados".
Ya no se puede ir "en calidad de cedido"
¿Cual fue el motivo para obligar a que una candidata esté censada dos años en la comisión a la que representa? Para evitar el concepto, muy extendido en su momento, de "ir de prestado". Hasta entonces, una fallera que quería presentarse y que no podía -por ejemplo, por no haber sido fallera mayor ni tener perspectiva de serlo en el futuro en su comisión- podía "fichar" por otra comisión, cualquiera que fuera, y que no tuviera intención de presentar candidata. Al estilo, en términos futbolísticos, "jugar en calidad de cedido". Estas comisiones recibían, o podían recibir, la compensación económica a cambio de censar y presentar la candidata. Y, de hecho, en el listado histórico de elegidas, tanto componentes de corte de honor como falleras mayores de València, se pueden señalar casos de haber representado a fallas que no eran la suya "de toda la vida". Ahora, la única forma de hacerlo es estar censado en una segunda comisión durante dos años o más. En ese sentido, hay que recordar que nada impide a un fallero o fallera estar censado en más de una comisión -aunque no computa doble a efectos de concesión de recompensas-.
A todo esto, ¿se puede ser "apátrida"? No consta en las bases. Pero se ha dado el caso de fallera preseleccionada por una comisión y que después, haya dejado de pertenecer a la comisión. En este caso, con la jurisprudencia fallera en la mano, primó el hecho de que te has inscrito por la comisión que abandonas. Y si te marchas a otra comisión, sigues representando aquella que constaba en el boletín de inscripción. Esta es una situación conflictiva, porque siempre se sembrará la duda de si se imparten instrucciones para "darla de baja" en el veredicto. Dicho de otra forma: "no puede salir porque ya no pertenece a la comisión que representa". Eso lo sabrán los jurados. Cuando ha sucedido, se ha echado cal viva sobre el tema.
74 (y 73) falleras son... demasiadas
Las bases del proceso cambian a lo largo de los años. Con cambios sutiles o notables. Uno de los últimos ha sido el de incorporar en los jurados a "falleros de a pie". Pero hay un aspecto que parece ser evidente, pero que no se ha planteado aún: 74 son demasiadas candidatas. (Y aún que la asamblea tumbó este año una propuesta para aumentar a casi noventa). No parece lógico que el jurado, en dos semanas y media, puedan juzgar a tanta fallera. La cifra de finalistas ha ido aumentando con el paso de los años a base de seleccionar a tres falleras por sector -ahora, todos salvo Patraix, Mislata, Rusafa A y Russafa B-. Una particular forma de "aplazar el problema".

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