Berta Peiró recupera el cargo de fallera mayor en Beneficència 90 años después

Una responsable de recursos humanos en una inmobiliaria, de 23 años, la menor de dos hermanas e hija de un histórico del València Basket cierra el primer cuarto de siglo de falleras mayores de València

Berta Peiró García, Fallera Mayor de València 2025: "La llamada es el sentimiento fallero en estado puro"

Arturo Iranzo

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

València

La elección de fallera mayor de València, para que negarlo, también es una lucha. De guante blanco si se quiere, pero una competición a todos los efectos. Y cuando ayer María José Catalá dio a conocer el nombre de Berta Peiró García (23 años, la menor de dos hermanas) como nueva representante adulta de las fiestas, no sólo se cumplieron una parte importante de los pronósticos, sino que se confirmó que, como candidata, ha jugado perfectamente sus cartas. Más allá de que su balcón de 1,78 metros la hacía muy visible a la distancia, ella ha jugado también en las distancias cortas que supone estar ante el jurado, donde había que llamar la atención y cautivar. Era, si no la «gran favorita» -había candidaturas más que acreditadas- sí que era «favorita». Quien la había ungido como tal no está claro, porque eso es etéreo. Pero real: su nombre estaba muy quinielado.

Ahora tiene por delante un cometido que no es baladí: intentar cautivar de la misma forma a todo aquel que muestre interés por la figura de la «FMV», que son multitud. Y hacer de este exigente cargo una marca de prestigio, mostrar que se puede ser algo más representativo que decorativo, ser empática todas las horas de su vida, equilibrar afectos con la corte de honor y, lo más importante: a sobrevivir al día a día y demostar que el jurado atinó.

Se acabó el trabajo en el departamento de recursos humanos de una inmobiliaria, se acabó la intimidad y se acabaron muchas cosas a cambio de muchas otras, que se irán descubriendo con el paso de las semanas y los meses.

Fue de las primeras en salir preseleccionada, en el último fin de semana de junio y ahora su elección sirve para rematar a lo grande el 150 aniversario de su comisión, Ripalda-Beneficència-San Ramón. Una comisión que, en la calle, juega a la modernidad más absoluta, y que ahora albergará -en la distancia- lo más clásico de la fiesta.

El ambiente en la calle San Ramón era fácil de imaginar: fiesta absoluta. Qué diferente a una de las últimas veces que este casal fue noticia, cuando lo atacaron por asalto hace dos años e hirieron a uno de los falleros. Ahora, el ambiente era de felicidad. Y no es para menos: a lo largo de la historia habían tenido alguna presencia ocasional en lo más alto -Aitana Alfonso en la infantil de 2015, Mercedes Andrés en la mayor de 1994...- pero ha querido que la elección de Berta haya coincidido con una cifra redonda: 90 años, 1935, de cuando el cargo («Reina Fallera») fue ejercido por una antepasada de la comisión: Vicenta Montoro. A quien se rindieron honores en la exposición antológica del aniversario, que Berta presidió.

En el casal, lo mismo de siempre: lágrimas, abrazos, asfixia ambiental, conexiones en directo. La fallera mayor, vestida de blanco. Para seguir esa cierta tendencia de que la elegida viste con el mismo color que el espolín de su antecesora. Que se ha dado en varias ocasiones en los últimos años. «Es quees mi color. Mi primer traje lo iba a ser, pero al final fue verde. Si: es el color de María Estela y me ha dado suerte».

¿Yqué tenía que decir? «No se puede explica con palabras. La Telefonada, el momento en que te llaman, es el sentimiento fallero en estado puro. En la cabeza decía: «no puede ser» y de repente ha empezado a vibrar el móvil». A partir de ahora empieza no un reinado, sino «una responsabilidad. Vamos a hacer que estéis orgullosas de nosotras, de mi corte de honor y de mi porque vamos a demostrar nuestra pasión por las Fallas». Así acababa un día que había pasado «muy nerviosa, porque es el día que sueñas toda tu vida como fallera». Porque, además no llegó a ser fallera mayor infantil.

Quince años hacía que las fallas del Carmen no albergaban a la máxima autoridad simbólica. En su caso es una tradición de cuatro generaciones de la familia Peiró. En estas calles vivieron hasta hace muy poco y aquí pernocta ella en la semana grande. «Todo se lo debo a mi padre. Es por quien estoy aquí. Sus raíces falleras son suyas y estoy convencida de que es él quien lo ha hecho posible».

Después llegó la corte que empieza, la que se marcha por la puerta grande y María Estela. Berta le saca varios centímetros, pero ella le ha puesto el listón a muchísima altura y las aguas se abrieron a la espera del nuevo presente de la fiesta. «Te hemos cambiado la vida, pero tienes toda la ayuda del mundo nuestra» le dijo María José Catalá después de haberle dado la noticia de su vida.

Previamente, y con tino, el pleno de la Junta Central Fallera había empezado con un minuto de silencio por quien no podrá llevarla como chófer, PascualPérez Villuendas. 

TEMAS

  • fallas de Valencia
  • Comisión
  • Infantil
  • María José Catalá
  • fiestas
  • fallera
  • falleras
  • Fallera mayor
  • Fallera Mayor de Valencia
  • falleras mayores de València
  • fallas 2025
  • Berta Peiró García
  • Fallas
Tracking Pixel Contents