Los casales falleros atienden a los afectados con la Dana con nuevos servicios

Casales cercanos a la zona cero, como San Marcelino, José Soto Micó y San Isidro, incorporan la recarga de móviles y bebidas calientes a la habitual recogida y entrega de alimentos y ropa

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

La solidaridad con las víctimas de la Dana que ha afectado al término municipal de València y, especialmente, a poblaciones del área metropolitana, ha movilizado a las comisiones de falla, tal como hicieron el pasado mes de febrero tras el incendio de Campanar. 

En esta ocasión se han añadido nuevas prestaciones, condicionadas por el tipo de necesidades. Así, el casal de San Marcelino ha ofrecido también regletas con enchufes par poder cargar teléfonos. El hecho de que numerosos vecinos de poblaciones cercanas se hayan desplazado a València en busca de refugio y que se quedaran sin batería durante la noche del martes ha convertido la electricidad en una necesidad primaria. Que han completado con bebidas calientes aparte de las habituales ofertas de comida y ropa. 

En este caso, además, se trata de un casal que está en plena ruta de los miles de personas que han entrado en la ciudad. "No tienen centros de acogida cerca y lo hemos hecho pensando en que puedan tener una primera atención". Tanto es así que han colgado carteles en la calle San Vicente indicando con flechas la ubicación del casal. 

Esta acción se prolongará hasta el jueves a las 17 horas, cuando Cruz Roja se llevará el material no repartido. 

Y en José Soto Micó, y en el Barrio de San Isidro

Una acción parecida ha hecho la comisión de José Soto Micó-Síndico Mocholí, la primera que se encuentran las personas que entraban en València, pues se encuentra nada más bajar del puente que salva el nuevo cauce. Aquí también se ofrece la recarga de teléfono y todo tipo de artículos de primera necesidad, incluyendo calzado como necesidad especial después de transitar por zonas llenas de barro.

La comisión del Barrio de San Isidro, cerca de la carretera de Picanya y Paiporta, otra puerta de entrada a la ciudad, también ha abierto el casal con estos servicios. 

Otros casales también se han convertido en oficinas de recogida de elementos de primera necesidad. Entre ellos, por ejemplo, una acción combinada de las comisiones de Benimàmet.

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