Salvar el símbolo de la falla Hellín: estandarte, medallas y banderines ganan al barro

La comisión de La Torre sufrió una de las inundaciones más graves e inicia la recuperación de la sede, empezando por sus emblemas

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

València

Varias comisiones de Poblats al Sud se han visto afectadas por los estragos de la Dana. Son aquellas que están al otro lado del Plan Sur y que recibieron de lleno el impacto de la tromba de agua. Entre ellas, las fallas de La Torre fueron las que más daños han tenido, al ser, de entre los barrios de València, el más afectado por ser el más cercano a la zona cero. 

La apertura de casales y evaluación de daños se ha hecho cuando se ha podido. Dicho de otra forma, primero se han tenido que restañar las heridas propias. Son comisiones que tienen muchos componentes en el propio barrio. Son comisiones "del pueblo". Y los falleros tuvieron que evaluar primero sus daños. Pocos hay que no hayan sufrido daños, ya sea perder el coche, ya sea perder sus negocios o enseres. 

Pero las persianas también se han levantado. Primero, para que saliera el agua que quedara. Y después, para retirar el barro. Detrás se han ido numerosos enseres que ya no sirven y que dejan no pocos daños económicos. Pero también hay material de alta sensibilidad que se va a intentar salvar. No es lo mismo un altavoz que el histórico de llibrets. Ni unas sillas que el libro de actas. 

La comisión de Hellín-Giménez y Costa sufrió grandes daños. La calle del casal recibió el impacto de forma dramática. No lejos está el aparcamiento en el que murieron varias personas. Es una calle longitudinal y relativamente estrecha. Las más candidatas a almacenar lodo. 

Cuando pudieron acceder se encontraron, tal como era de temer, los estragos de más de un metro de agua. Y viralizaron una imagen: los estandartes, cubiertos por el barro. Habían perdido la verticalidad y estuvieron nadando en el barro. 

Manguera y paciencia

No son estandartes de un especial valor: fueron tejidos en 2023. Pero el hecho de salvarlos cobra ahora un valor que será mayor conforme pasen los años. Un grupo de jóvenes falleros han llevado a cabo la "operación estandartes": tratar de salvarlos. Antes de que el barro se solidificara, los sacaron al patio -cuando éste ya estaba en condiciones- y procedieron a eliminar los restos. 

Manguera y paciencia. Tratando de quitar toda la tierra. Y después, los corbatines de las últimas falleras mayores. Que no es fácil, porque están si no soldadas, casi. Hasta un coletero encuentran cuando intentan desenredarlos. 

"Esto parece una mesa de operaciones"

"Esto parece una mesa de operaciones" comentan, cuando los extienden sobre una mesa plegable. En una esquina de cada estandarte, el tesoro más preciado: una medalla de oro. Después de más de 40 años, el pasado mes de marzo lograron el mayor éxito de su historia: primer premio de falla tanto en la grande como en la infantil, gracias a los monumentos de Tedi Chichanova. Estaban bien prendidas y se han salvado. 

Quedan muchas otras cicatrices en un casal donde la línea del agua es muy evidente. Llega hasta el cuadro de falleras mayores. Hay mucho trabajo por delante para que el local esté totalmente recuperado. 

Ahora falta esperar que las telas se sequen y se pueda apreciar si todavía sirven para lo que se confeccionaron -precisamente, tras el 40º aniversario-: ser el emblema público de sus falleros. Las manchas o el deterioro que quede será parte de su historia, sea cuando lo vuelvan a sacar a procesionar, sea guardado en la vitrina en las siguientes generaciones.

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