Lucía García estrena uno de los grandes espolines en la Crida

Con el traje de la Exaltación previsible en cuanto al diseño -el espolín "Fallera Mayor de València" o "Fallera Mayor de València"- y del que la incertidumbre reside en conocer el color de fondo y, en todo caso, las combinaciones, la Crida es el escenario en el que las representantes de la fiesta fallera presentan el traje propio más emblemático o importante. 

Se trata, al fin y al cabo, del acto de más visibilidad y protagonismo en el que no interviene el espolín oficial -que se lleva tanto en la Ofrenda como en la despedida-. Y aunque seguramente no es el lugar donde se presta a más lucimiento (el momento grande se hace sobre una tarima que apenas deja ver medio cuerpo), durante todo el previo y en la posterior visita con pasacalle a la Virgen se visibiliza bastante. 

La Crida termina ante la Virgen de los Desamparados

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Una joya de Garín

Lucía García -en casa de Lucía García- se ha optado por un espolín, y uno de los más reputados del catálogo. El Francia, tejido por Garín, sobre un fondo Gris Grafito. Se trata de una "joya textil" con "6.800 hilos de seda y 400 hilos de pelillo en un ancho de 54 cm, con una montura simétrica que potencia la armonía del diseño. Con 21 colores distintos, entre los que destacan sus dos metales distintos hacen que, la profundidad y riqueza del tejido alcancen un nivel excepcional evocando la grandiosidad de los espolines más distinguidos de la tradición valenciana".

El traje es el resultado de la unión de diferentes elementos, y lo ha llevado a cabo Eduardo Cervera. El jubón de terciopelo se ha envarado con esparto. "Los acabados han sido cuidados al detalle con un estrafor cosido a mano en el mismo color que la falda. Como toque final, los puños han sido enriquecidos con "alamares" elaborados por la antigua casa "Las 3 Ave Marías", combinando madera forrada e hilo de torzal de seda en una filigrana exquisita.

Completan el conjunto las manteletas de Artesanía Viana con un diseño inédito, unas peinetas de Mes Q Pintes, también diseñadas especiamente para la ocasión, incluyendo las llaves de la ciudad, símbolo de este acto. 

El aderezo es un Balconet bañado en oro y con perla natural, realizado por Art Antic. 

Más invisibles, pero no menos importantes, el cancán es de Margarita Vercher y zapatos de Trinidad Meléndez.  

El mensaje del traje de Berta Peiró en la Crida

"Exponente de la riqueza cultural valenciana"

Tal como se asegura en la explicación técnica, "este traje, es exponente de la riqueza cultural valenciana, es el reflejo de la tradición, la dedicación y la maestría de los mejores artesanos. En el día de la Crida, Lucía no solo encarna el espíritu fallero, sino también la esencia viva de la artesanía valenciana en su máxima expresión. A través de este homenaje, se ha apostado por las técnicas y diseños más tradicionales, preservando la esencia de la indumentaria valenciana con un respeto absoluto por los métodos artesanales que han pasado de generación en generación. Es una muestra del compromiso con lo nuestro, con la historia y con la belleza de la indumentaria clásica, que sigue siendo el referente de la elegancia y la identidad fallera".

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