"Macrodespertà" pasada por agua

La fiesta pirotécnica popular termina con una tromba de lluvia, pero sin impedir el disparo del "tro de bac" de miles de participantes

Macrodespertà pasada por agua en el día de la Crida

Francisco Calabuig

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

València

La "macrodespertà" ha reunido a miles de personas en otro de los símbolos que anuncian el inicio de las Fallas, en este caso las correspondientes al curso 2025. Y que se completará durante la jornada con la entrada de bandas, la primera "mascletà" y, sobre todo, con la Crida que, siendo como es un pregón, es otro anuncio de la inminencia de la fiesta. 

La "macrodespertà" es, sobre todo, un acto popular para los participantes. Porque, cuando el ayuntamiento y la falla Corona lo pusieron en marcha hace ya más de veinte años, se seleccionó un recorrido, por el centro, en el que el número de vecinos "afectados" es menor al no ser una zona densamente poblada. Aún así, esos vecinos se encontraron con la sinfonía del ruido desde las siete y cuarto de la mañana. 

Primero, los niños. La legislación es la que es y no se les permite más que disparar bombetas. Para muchos de ellos es un juego de jardín de infancia. No pocos de los participantes tienen "experiencia cheroki"; es decir, que encender subrepticiamente truenos de mecha que están lejos de su banda de edad. De hecho, sigue sin resolverse la petición formulada en la asamblea de presidentes: si, para un segmento de edad ya adolescente, se puede disparar algo un pco más contundente. Pero en la matinal de la Macrodespertà es más el comboi que cualquier otra cosa. Es una buena idea y la asistencia es masiva. Mucho mayor que la oficial y prueba de ello es que, a lo largo del recorrido, se acumulan cajas de bombetas de todo tipo de marca comercial. Porque estas sí que pueden adquirirse en tienda. Y si en lugar de cuatro personas, van cuarenta, tampoco pasa nada.

El agua ha sido la gran protagonista, pero ha tenido el detalle de no estropear el paso de los lanzadores de "tro de bac": ha empezado a caer cuando el cortejo de participantes llegaba a la plaza. El terremoto final -en la práctica, una pequeña mascletà- se tuvo que ver entre paraguas y el reparto del desayuno se hizo con la incomodidad propia del momento, aunque las jaimas permitieron que el producto no se echara a perder. 

A refugio...

Falleras mayores de València y cortes de honor tuvieron que refugiarse en el interior de la casa consistorial para proteger el tocado, ya hecho de cara a la intensa jornada que les espera, aunque para eso fue providencial la parka: siendo una prenda no tradicional, pero pragmática, su capucha ayudó a no tener que hacer arreglos apresurados. 

El programa sigue previsto

El disparo del remate tuvo la emotividad propia del estreno, aunque aún será mayor la cita de las dos de la tarde con la primera "mascletà" propiamente dicha y que, aunque no forma parte del "ciclo" (el 1-19), ya supone un aviso de lo que empezará el próximo sábado.

A pesar de la lluvia, no hay indicios de que la Entrada de Bandas y dicho disparo se vayan a suspender, puesto que la lluvia dejó de caer poco después de hacer su aparición y antes de las once ya lucía el sol.

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