Emoción en la salida de l'Antiga del taller de Beitia

Las llegada de piezas de fallas tienen, desde hace tiempo, una gran carga emocional. No es malo, porque quiere decir que la parte artística, la troncal de la fiesta, tiene vigor en forma de expectación. Pero la llegada de las primeras piezas de l'Antiga de Campanar son más especiales que ninguna. Podría haberse dicho que era el momento de llegar el vigente ganador del primer premio, que también. Pero es sólo un además. 

Lo que ha llegado al cruce de las calles Monestir de Poblet y Aparicio es la falla superviviente del mayor desastre de la historia moderna. Estaba "en proceso de" cuando agua, barro y todo tipo de aluviones irrumpieron en el taller de Benetússer, al lado mismo de la vía del tren. 

Llegan las primeras piezas de l'Antiga de Campanar

Y especilmente emotivo ha sido, precisamente, la salida del taller. Un momento especilmente simbólico, porque detrás de una acción rutinaria en el calendario de un artista, como es ese desplazamiento ya a las demarcaciones, supone el final de un camino que a finales de octubre parecía imposible.

Imágenes en la retina

Las imágenes quedaron en la retina porque Levante-EMV las ofreció casi desde el primer minuto. De la desesperación propia del momento se pasó al ansia por recuperar el tiempo perdido y, tras una batalla contra el lodo, y tras recuperar o reponer el utillaje -el recuperable o el perdido para siempre, respectivamente-, se volvió a trabajar contra el reloj. 

El sábado por la mañana, las primeras piezas han llegado ya. Presto al proceso de escampar, arrimar y subir. 

Y llega renovado

Beitia afronta esta "plantà" con la seguridad que da el saber que ya ha renovado pero no para 2026, sino también para 2027. 

El sábado de Prefallas será aprovechado por los artistas para seguir llevando piezas, especialmente en jornadas de mañana y tarde, para evitar ya el momento nocturno en el que la ciudad saldrá literalmente a la calle. 

Estos son los bocetos de las Fallas de Sección Especial 2025

Ver galería